CONAN
Y POUL ANDERSON
José Francisco Sastre García
La nueva obra que ha lanzado Martínez
Roca al mercado es "Conan el Rebelde", del gran escritor Poul
Anderson.
Autor de maravillas como "La Espada Rota" o
"La Saga de
Hrolf Kraki", su estilo es un tanto sombrío, implicando en sus argumentos
una cierta desesperación, una especie de maldita predestinación a la que no
puede sustraerse ninguno de los personajes. Todos están condenados de antemano
a sufrir un destino oscuro, una pérdida continua de la esperanza que impacta profundamente.
Sin embargo, la novela que nos ocupa
rompe con este esquema: es vitalista, mantiene de una manera bastante fiel la
imagen del cimmerio howardiano, entregado en cuerpo y alma a Bêlit, la diosa, y
a sus venganzas contra los estigios. Aunque hay que reconocer que a lo largo de
sus líneas se va intercalando de vez en cuando ese aspecto sombrío del que
hemos hablado con anterioridad, sin que se note en exceso pero sin dejar de
percibirse.
El ritmo es muy bueno, entrelazando la
actividad continua de Conan con el carácter ralentizado de la sociedad estigia,
caracterizada por la oscuridad de sus almas y su necesidad continua de la magia
para solucionar sus problemas, ritmo que parte sin dificultad al insertar en pleno
territorio de Set una colonia como Taia, de origen hyborio; este intercalado
puede resultar, incluso, necesario para explicar algo tan howardiano como la
antigua Alkmeenon en "Las Joyas de Gwahlur". De hecho, la elección de
Estigia como punto de partida del argumento parece incluso la más lógica, dado
el carácter especial que posee Poul Anderson al escribir: una sociedad sombría,
enquistada en sí misma, cuyos derroteros se desenvuelven entre la magia negra y
la traición, algo que al creador de obras como las citadas al principio de este
comentario no le debería costar demasiado desarrollar en su justa medida sin
apartarse de la línea que Howard marcó en sus esquemas sobre Conan y el mundo
hybóreo.
En resumen, nos encontramos ante un
Conan adulterado, bastante creíble bajo el punto de vista howardiano, pero
lleno de la influencia de un escritor de carácter pesimista, desesperado, frente
al vitalismo puro del escritor texano.
Hola José. Entre los muchos libros que tengo en casa sin leer está la Espada Rota. Varias veces le he echado una ojeada, y a pesar del magnífico libro que creo que es uno siempre tiene muchas lecturas pendientes que provocan que otras buenas obras queden aparcadas para más adelante. Sé que algún día la leeré. Aunque no sé cuando. Creo recordar que la de Hrolf Kraki también lo tengo, pero no estoy seguro. De todas formas, me decanto por la espada rota. Seguro que el de Conan es muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas noches, José. Poul Anderson en su estilo es muy bueno, crea un ambiente oscuro, sombrío, con una fuerza impresionante, pero a la hora de escribir sobre personajes que no son suyos... Ejem, la novela de Conan el Rebelde no se puede decir que sea mala, pero como novela de Conan falla por completo, ya que presenta al cimmerio a su forma y manera, esto es, de una manera un tanto más tenebrosa, algo que no le pega para nada... Si se lee como una novela de Anderson, cambiando los nombres de los personajes, bueno, vale, pero si se lee como una novela de Conan, me temo que hace aguas por todas partes...
EliminarBuen trabajo de divulgación el que haces, compañero José. La verdad es que me cuesta disfrutar de Conan como novela, incluso en La Hora del Dragón por el propio Howard. Creo que el tejano era un maestro del relato, algo que se diluye un poco con la extensión. Los pastiches de Sprague de Camp, aunque el autor me cause una infinita simpatía, tampoco están entre mis favoritos. Sí que disfruté de algunas de las novelas de Robert Jordan, que, humildemente creo, supo adaptar muy bien al cimmerio en un lenguaje casi cinematográfico.
ResponderEliminarEnhorabuena una vez más por el blog y por tu trabajo.
Buenos días, Víctor. Muchas gracias por tus palabras, tampoco es un trabajo demasiado exhaustivo, jejeje. Es cierto que ninguno de los autores que se han acercado al personaje de Conan han conseguido extraer su esencia de forma adecuada, pero también lo es que los que mejor lo hicieron, al menos según mi parecer, fueron Carter, De Camp, y posiblemente Wagner. A las novelas de Jordan, para mi gusto, les pasa lo que a la de Anderson: sí, consigue historias trepidantes, con garra y nervio, pero... No es ni de lejos el Conan howrdiano, es un personaje que se aleja y mucho de la filosofía del texano...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dices. Quizá a mí me gustan porque renuncia a intentar imitar al texano, cosa que a mi entender es imposible :D Me encanta encontrar a otras personas que les guste tanto el cimmerio y poder discutir sobre el tema. ¡Da para mucho!
ResponderEliminarEn realidad ninguno renuncia a intentar imitar a Howard, piénsalo: si sólo pretendieran crear una historia con su estilo, no utilizarían a Conan; al tirar del cimmerio, lo que pretenden es adaptarlo a su propio uso, y eso es lo que hace que a los que nos gusta nos salten todas las alarmas al leer al Conan sombrío de Anderson o el Conan lascivo de Jordan...
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