CONAN EL
INSPECTOR
Jose
Francisco Sastre García
En un
remoto castillo de cuyo nombre no quiero acordarme, perdido en las yermas y extensas
planicies mesetarias de Iberia (Nótese la sospechosa similitud entre Iberia e
Hybórea), no hace mucho encontré un excepcional documento escrito por un
curioso sujeto que firmaba como Santo Roberto de Howard, personaje que no tenía
nada de religioso pero fue beatificado por unanimidad popular y absoluto
consenso entre los lectores de unas revistas conocidas como "Pulps".
Después de
haber leído cosas tan absurdas como que Conan era homosexual, impotente y otras
barbaridades similares, este documento, titulado "La verdadera historia de
Conan", refleja con exactitud el tipo de figura que era este
"cimmerio" y el mundo en el que se movía.
La primera
sorpresa salta en el origen de nuestro bárbaro favorito: ni es cimmerio, y ni siquiera
es humano; en realidad es un enviado del Gobierno Central, residente en un
lugar conocido como Mayapan, para cumplir una "delicada" misión sobre
la Tierra.
En este
Gobierno, de corte dedocrático y veleidoso, el Presidente es Mitra, y sus principales
ministros Crom, ministro del Interior, Isthar, ministra de Relaciones Públicas,
y Bel, ministro de Hacienda.
Para que
se hagan una idea, Crom, llevado por su afán de controlarlo todo, había enviado
a las tierras hybóreas gentes y seres con órdenes estrictas de mantener un
control demográfico de la población, a saber: los magos, los monstruos y los
mercenarios y asesinos.
Pero la
idea no le salió demasiado bien al ministro, ya que la gente aprendió enseguida
a alejarse de semejantes compañías, por lo cual, muy pronto tan sólo los
mercenarios y hermandades de asesinos eran eficaces, en especial una de ellas,
conocida como la Hermandad
del Halcón, a la que nuestro santo particular siguió la pista a través de las
eras y tras un radical cambio de nombre, hasta descubrir que hoy en día ya no
son asesinos, y se les conoce como el Círculo de Lhork (A saber quién rayos era
el tal Lhork), una inofensiva asociación que se dedica a diplomáticas
infiltraciones en el mundo de la
Fantasía y la Ciencia-Ficción.
Crom montó
en cólera, y decidió que había que ajustar cuentas con sus enviados. "Y
allí llegó Conan el Cimmerio, espada en mano, ojos azules,...", etc.,
etc., para castigar a los infractores de las órdenes ministeriales, y ejercer
él mismo el control adecuado.
Y cumplió
con su cometido extraordinariamente bien: se quitó de en medio a los magos y monstruos
(Aprovechando las situaciones para llenar su estómago cuando se terciaba), e
hizo la vida tan imposible a la
Hermandad del Halcón que éstos, como ya he dicho antes,
hubieron de cambiarse de nombre para que el irascible bárbaro no los
encontrara, y dedicarse a profesiones más apacibles.
Pronto
comprendió Conan que ejercer la labor de inspector demográfico no era tan
fácil: él solo no daba abasto a semejante tarea, por lo que pronto se rodeó de
funcionarios de todo tipo (piratas, mercenarios, kozakis,...) y se dedicó a la
tala masiva de gargantas y órganos varios. Tan eficaz fue su tarea durante
aquella época, que la tasa de mortalidad se multiplicó por veinte, lo que llevó
a nuestro "héroe" a replantearse la actividad a la que se dedicaba:
para paliar un poco esta situación, decidió elevar por su cuenta y riesgo la tasa
de natalidad, lo que sirvió no sólo para mantener una población más o menos
estable, sino además para rejuvenecer dicha población.
Tras el
despoblamiento general que provocó el "cimmerio", y la gran
descendencia que dejó tras sí, la situación no podía por menos que parecerse a
la de Adán y Eva, por lo que hubo muchos cruces familiares, incestos, etc., que
provocaron una sociedad tan zumbada como la actual.
Finalmente,
Conan se dejó llevar por la ambición y decidió ascenderse a un cargo mejor: de
mero funcionario, a rey. Desde aquel cargo podría, y de hecho lo hizo, ejercer
un mejor control sobre la población. A base de largas guerras de conquista,
durante las cuales hizo limpieza general en varios reinos, consiguió despoblar
el continente hybóreo mejor que cualquier terrible epidemia.
Tras un
breve tiempo, Crom, por intermedio de su subsecretario Epemitreus, un poco mosqueado
porque a Conan se le había acabado el trabajo, le mandó llamar de nuevo a casa,
a Mayapan. Ese, y no otro, es el motivo de que nuestro bárbaro favorito se
embarcara en dirección al Oeste. Y, evidentemente, no muere en las tierras del
Oeste, ya que en realidad es un semidiós, aspecto que queda demostrado en el
hecho de que multitud de veces haya estado a las puertas de la muerte y haya escapado,
ya sea por unas fuerzas que le surgen de no se sabe donde, o por intermedio del
propio Crom.
Desde hace
unos 500 años el Gobierno Central trasladó su sede a otro lugar, no se sabe dónde;
Mitra se ha vuelto más irascible, y al ministro del Interior ya no hay quién le
aguante; se oyen rumores sobre su cese fulminante, así que, ya saben: no le
busquen las cosquillas, por si acaso.
¡Que Crom no les guarde... rencor!
¡Fantástico relato! :D jeje me ha encantado José
ResponderEliminar¡Abrazos!
Muchas gracias, Dani, tan sólo una pequeña corrección, jejeje... No es un relato, ésos los dejo para la página web: en el blog sólo voy a poner artículos y ensayos de todo tipo... Y si éste te ha gustado, hay segunda parte...
Eliminar