domingo, 12 de octubre de 2014

CONAN EL INSPECTOR



CONAN EL INSPECTOR

Jose Francisco Sastre García

En un remoto castillo de cuyo nombre no quiero acordarme, perdido en las yermas y extensas planicies mesetarias de Iberia (Nótese la sospechosa similitud entre Iberia e Hybórea), no hace mucho encontré un excepcional documento escrito por un curioso sujeto que firmaba como Santo Roberto de Howard, personaje que no tenía nada de religioso pero fue beatificado por unanimidad popular y absoluto consenso entre los lectores de unas revistas conocidas como "Pulps".
Después de haber leído cosas tan absurdas como que Conan era homosexual, impotente y otras barbaridades similares, este documento, titulado "La verdadera historia de Conan", refleja con exactitud el tipo de figura que era este "cimmerio" y el mundo en el que se movía.
La primera sorpresa salta en el origen de nuestro bárbaro favorito: ni es cimmerio, y ni siquiera es humano; en realidad es un enviado del Gobierno Central, residente en un lugar conocido como Mayapan, para cumplir una "delicada" misión sobre la Tierra.
En este Gobierno, de corte dedocrático y veleidoso, el Presidente es Mitra, y sus principales ministros Crom, ministro del Interior, Isthar, ministra de Relaciones Públicas, y Bel, ministro de Hacienda.
Para que se hagan una idea, Crom, llevado por su afán de controlarlo todo, había enviado a las tierras hybóreas gentes y seres con órdenes estrictas de mantener un control demográfico de la población, a saber: los magos, los monstruos y los mercenarios y asesinos.
Pero la idea no le salió demasiado bien al ministro, ya que la gente aprendió enseguida a alejarse de semejantes compañías, por lo cual, muy pronto tan sólo los mercenarios y hermandades de asesinos eran eficaces, en especial una de ellas, conocida como la Hermandad del Halcón, a la que nuestro santo particular siguió la pista a través de las eras y tras un radical cambio de nombre, hasta descubrir que hoy en día ya no son asesinos, y se les conoce como el Círculo de Lhork (A saber quién rayos era el tal Lhork), una inofensiva asociación que se dedica a diplomáticas infiltraciones en el mundo de la Fantasía y la Ciencia-Ficción.
Crom montó en cólera, y decidió que había que ajustar cuentas con sus enviados. "Y allí llegó Conan el Cimmerio, espada en mano, ojos azules,...", etc., etc., para castigar a los infractores de las órdenes ministeriales, y ejercer él mismo el control adecuado.
Y cumplió con su cometido extraordinariamente bien: se quitó de en medio a los magos y monstruos (Aprovechando las situaciones para llenar su estómago cuando se terciaba), e hizo la vida tan imposible a la Hermandad del Halcón que éstos, como ya he dicho antes, hubieron de cambiarse de nombre para que el irascible bárbaro no los encontrara, y dedicarse a profesiones más apacibles.
Pronto comprendió Conan que ejercer la labor de inspector demográfico no era tan fácil: él solo no daba abasto a semejante tarea, por lo que pronto se rodeó de funcionarios de todo tipo (piratas, mercenarios, kozakis,...) y se dedicó a la tala masiva de gargantas y órganos varios. Tan eficaz fue su tarea durante aquella época, que la tasa de mortalidad se multiplicó por veinte, lo que llevó a nuestro "héroe" a replantearse la actividad a la que se dedicaba: para paliar un poco esta situación, decidió elevar por su cuenta y riesgo la tasa de natalidad, lo que sirvió no sólo para mantener una población más o menos estable, sino además para rejuvenecer dicha población.
Tras el despoblamiento general que provocó el "cimmerio", y la gran descendencia que dejó tras sí, la situación no podía por menos que parecerse a la de Adán y Eva, por lo que hubo muchos cruces familiares, incestos, etc., que provocaron una sociedad tan zumbada como la actual.
Finalmente, Conan se dejó llevar por la ambición y decidió ascenderse a un cargo mejor: de mero funcionario, a rey. Desde aquel cargo podría, y de hecho lo hizo, ejercer un mejor control sobre la población. A base de largas guerras de conquista, durante las cuales hizo limpieza general en varios reinos, consiguió despoblar el continente hybóreo mejor que cualquier terrible epidemia.
Tras un breve tiempo, Crom, por intermedio de su subsecretario Epemitreus, un poco mosqueado porque a Conan se le había acabado el trabajo, le mandó llamar de nuevo a casa, a Mayapan. Ese, y no otro, es el motivo de que nuestro bárbaro favorito se embarcara en dirección al Oeste. Y, evidentemente, no muere en las tierras del Oeste, ya que en realidad es un semidiós, aspecto que queda demostrado en el hecho de que multitud de veces haya estado a las puertas de la muerte y haya escapado, ya sea por unas fuerzas que le surgen de no se sabe donde, o por intermedio del propio Crom.
Desde hace unos 500 años el Gobierno Central trasladó su sede a otro lugar, no se sabe dónde; Mitra se ha vuelto más irascible, y al ministro del Interior ya no hay quién le aguante; se oyen rumores sobre su cese fulminante, así que, ya saben: no le busquen las cosquillas, por si acaso.
¡Que Crom no les guarde... rencor!

2 comentarios:

  1. ¡Fantástico relato! :D jeje me ha encantado José
    ¡Abrazos!

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    1. Muchas gracias, Dani, tan sólo una pequeña corrección, jejeje... No es un relato, ésos los dejo para la página web: en el blog sólo voy a poner artículos y ensayos de todo tipo... Y si éste te ha gustado, hay segunda parte...

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