CONAN EL BÁRBARO
José Francisco Sastre García
La
figura de Conan el Bárbaro, el inmortal cimmerio creado por el escritor texano
Robert Ervin Howard, ha dado mucho juego, tanto en literatura como en cómic o
cine, más o menos buena fortuna… Pastiches de Wagner, Offut, Camp, Carter,
Carpenter, Jordan, han obtenido desiguales resultados, al igual que Marvel o
Norma en el mundo del cómic…
Y
en el mundo del cine… Para ser francos, prácticamente todas las películas
realizadas sobre la figura de este personaje son olvidables, como mucho
podríamos rescatar de la quema la primera en la que participó Arnold
Schwarzenegger, la de John Millius, que dentro de lo malo mantenía de forma
razonable la esencia de Conan, aunque la mezcolanza de aventuras y personajes
hacía que para un fiel seguidor de la obra de Howard resultara más bien floja,
entretenida sin duda, con buenos e inolvidables momentos, y una lucidez de la
que carecieron las posteriores secuelas, Conan
el Destructor y El Guerrero Rojo,
patéticos remedos cinematográficos diseñados en exclusiva para lucimiento del
actor austríaco de nombre impronunciable…
Y aquí llegamos al meollo de la
cuestión: la última versión, la protagonizada por Jason Momoa. Concederemos al
actor el hecho de que, en efecto, en el aspecto físico da el pego del cimmerio,
pero a partir de ahí, no se le puede conceder nada más: el argumento patina por
todas partes, muy flojo, sin hacer concesión alguna al espíritu de la era
hibórea o de nuestro personaje, las actuaciones son pésimas hasta decir basta,
sin credibilidad alguna.
Jason
Momoa no encarna a Conan ni de lejos: en lugar de ser un noble bárbaro dedicado
al latrocinio y a cumplir el lema propio del hijo de Howard en la época en la
que supuestamente se desenvuelve la historia, que es vivir la vida sin
preocuparse de lo que pueda acaecer más adelante, se convierte por obra y
gracia de los guionistas en una especie de superhéroe vengador que se dedica a
salvar al mundo de un guerrero hechicero con ínfulas de grandeza en busca de un
casco perteneciente a los antiguos reyes sacerdotes del extinto imperio de
Aquerón. Las secuencias liberando a los esclavos y clamando por la libertad de
todo el mundo son todo un poema…
Si
querían hacer una historia en la que Conan salva el mundo, deberían haber
cogido La Hora del Dragón (Conan el Conquistador), o Conan de las Islas,
narraciones en las que al menos encaja un poco más esta idea, pero desde luego,
la invención de esta película es nefasta…
Creo que Arnold Schwarzenegger estará en deuda con todos los fans de Conan hasta que haga Conan Rey de Aquilonia. Hay rumores, pero nunca se han consagrado. Por cierto, hay un magnífico podcast sobre Conan que te dejo por si interesa. Saludos: https://gabrielrosselloblog.wordpress.com/2017/03/08/la-leyenda-de-conan-el-cimmerio/
ResponderEliminarBuenos días. Gabriel, en primer lugar mis disculpas por tardar en contestarte: ando bastante desconectado...
ResponderEliminarCreo que aunque Schwarzenegger fue el que mejor dio el tipo de Conan, la única película que merece la pena retener en la memoria es la de Conan el Bárbaro, la primera; el resto, tanto las suyas como las de otros actores, se quedaron en menos que nada...
Hay por ahí cosas que no sé si se llegaron a plasmar, como una adaptación del relato "Sombras de Hierro a la Luz de la Luna", que bien llevado e interpretado podría dar lugar a una historia espectacular, o la que dices de Conan Rey, que parece estar pendiente... Para serte sincero, después de los últimos fiascos no espero nada de nuevas películas de este personaje, ni aunque esté Arnold: el cine se ha vuelto demasiado fábrica de churros, y se sacrifican las buenas historias en el altar de una espectacularidad que oculta lo que realmente hace que el film sea al menos decente...