De nuevo en la brecha.- Heme aquí de nuevo,
intrépidos lectores, para preveniros acerca de las perversas confabulaciones
que idea este grupúsculo de personajes que se hace llamar el Círculo de Lhork.
Como bien sabéis gracias a mis interesantes artículos, pretenden nada más y
nada menos que conquistar el mundo, plegarlo a sus deseos de paz y felicid...
Perdón, de caos y anarquía.
Creyeron haber acabado conmigo cuando aquel gordo
grasiento vestido de azul me arrojó por la ventana, ¿verdad? Pues no, aquí
estoy de nuevo, para denunciar y alabar el boicot al que últimamente se han
visto sometidos los miembros del Círculo con ocasión de la primera exposición
TBOROZAS 95. Según fuentes fidedignas (Alrededor de una veintena de acólitos de
tal asociación, amén de otra veintena de roleros impenitentes), parece ser que
hay alguien que se empeña en que los planes de dominar el mundo no sigan
adelante.
Al calor de una fría mañana de Diciembre, se reunieron
todos los interesados para la inauguración de la I EXPOSICION DE ILUSTRACIONES,
PLANCHAS DE COMICS, PORTADAS Y FANZINES, organizada en la Concejalía de Juventud
de las Rozas. Acababa de llegar el presidente, llave en ristre dispuesto a
abrir las grandes puertas que mostrarían al mundo la gloria del Círculo de
Lhork, cuando se descubrió el complot: no había manera de abrir. Al parecer, la
susodicha llave no entraba hasta el fondo debido al hecho sintomático de que
algún desaprensivo, para evitar la inauguración, la noche anterior no había
cerrado completamente el pestillo interior, con lo que resultaba virtualmente
imposible penetrar al interior de la Concejalía. Fue
entonces cuando corrió el sorprendente rumor de que aquél que consiguiera hacer
girar la llave en la cerradura y franquear la entrada al resto se convertiría
en el próximo presidente del Círculo, por lo que todos, por riguroso orden
alfabético, probaron suerte. Ni por esas.
A partir de ese momento aparecieron las más peregrinas
ideas sobre cómo acceder al interior del edificio: los más aguerridos, entre
los que figuraban ninjas y otros con una gran dosis de ejercicio físico,
proponían tomar al asalto el tejado y penetrar por la primera abertura que
encontraran; otros, más cautos, sugerían la posibilidad de deslizarse entre el
enrejado de las ventanas, por huecos apenas más grandes que un puño; y los más
brutos, especulaban con la posibilidad de derribar a cabezazos las puertas o,
en su defecto, utilizar un vehículo pesado (Véase el apéndice M, sección Tanques).
Finalmente, el presidente hubo de salir en busca de
alguien que poseyera la llave de la puerta de emergencia, misión que concluyó
sin el más mínimo éxito, ya que alguien, intentando por todos los medios evitar
que entraran, había acaparado todas las copias. Así que hubo de personarse el
principal encargado de la Conce jalía,
quien, en un alarde de envidiable forma física, tomó el mejor camino posible:
subir al tejado y entrar por donde buenamente pudiera.
Al parecer, fue realmente emotivo el momento en que
el presidente del Círculo, instantes antes de entrar a la exposición,
pronunció el discurso de inauguración; sus palabras fueron tan profundas, tan
sensibles, tan místicas, tan... que a más de uno se la saltaron las lágrimas.
Sus palabras fueron: "Queda inaugurada esta exposición". Fidel Castro
no podría haberlo hecho mejor.
A la vista de estos lamentables sucesos, pregúntome
yo: ¿Hay acaso derecho a que el Circulo siga con sus planes subversivos,
pervirtiendo a nuestra modélica juventud, lavando el cerebro a quienquiera que
pase cerca de ellos, y que nadie haga nada por evitarlo? ¿Acaso no ha sido una
buena acción, un acto patriota y absolutamente necesario, este boicot
vergonzoso?
¿Por qué seguir engañándonos? El Círculo sólo tiene
derecho a un objetivo: la eliminación masiva de los derechos y libertades de
todo el mundo, vulnerando Constituciones y tomando al asalto cualquier
consideración ética o religiosa que se cruce en su diabólico camino. Nadie
puede oponerse a esta férrea voluntad, nadie... excepto un vengador: su seguro
servidor. Tomaré entre mis manos la
Espada de la
Justicia , e iré personalmente a acabar con los designios de
esos engendros.
No podemos permitir, de ninguna manera, que nadie
sabotee el destino al que están abocados los miembros del Círculo de Lhork.
Jose Francisco Sastre García
Nota de la redacción: Lo que parecía inconcebible, lo más impensable,
ha terminado por ocurrir: nuestro ex-articulista, poseedor al parecer de más
vidas que los gatos, ha vuelto a la carga en su tarea de denigrar al Círculo y
de dar la lata a todo el mundo. Al parecer, y según algunos testigos que
pasaban en aquel momento por el lugar, irrumpió en la redacción a través del
conducto de la ventilación, desprendiendo un tufo asqueroso y envuelto en unos
harapos a los que dudamos mucho que haya alguien que pueda calificar como ropa.
En su mano derecha portaba una navajilla multiusos oxidada, con la que
amenazaba a todos, y en la izquierda el artículo que acaban de leer si es que
han tenido valor para ello. Pueden creernos si les digo que nos dieron más
pavor esas dos hojas amarillentas, con olores absolutamente inidentificables de
corrupción y podredumbre, que el arma blanca (Más bien gris) que exhibía. Al
grito de "¡Lhork, cuenta los muertos!", se abalanzó sobre el redactor
jefe, exigiéndole que publicara su artículo so pena de castigarle
terriblemente. Inmediatamente se llamó al presidente del Círculo, para
preguntarle qué debíamos hacer con aquel loco desaforado que nos acosaba
inclementemente. Cuando llegó, fue recibido con una sarta de insultos
absolutamente impensables e irreconocibles; aunque, eso sí, fue más bien su
olor lo que nos echó hacia atrás. Al inquirir sobre el motivo de su enfado, sus
palabras fueron: "Pase por Pepe, pase por Paco ... ¡Pero nunca Pepe
Paco!" En ese momento aparecieron los guardias de seguridad (Hemos
contratado más, por si acaso), que se lo llevaron entre aullidos de protesta y
reclamaciones de inocencia, proclamando a los cuatro vientos que él será fiel
al Círculo hasta la muerte. En un descuido consiguió escapar, y, aunque
tratamos de rastrearle, aún no hemos podido dar con él: la olorosa
investigación nos condujo hasta un vertedero en los límites de la ciudad, donde
encontramos un pequeño nicho en el que se veía una especie de equipo
informático montado a base de latas viejas, tripas de cerdo y otros trastos
varios. De dónde sacaba la energía para hacerlo funcionar es un misterio. A
continuación, el olor nos llevó de un sitio a otro hasta llegar al puerto,
donde pudimos constatar que había abordado un barco de nombre árabe que se
acababa de hacer a la mar. Por tanto, y tras la comprobación pertinente de que
está fuera de España, creemos poder por fin estar tranquilos. Esperamos, por el
bien de nuestros sufridos lectores, que estos incidentes no vuelvan a ocurrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario