sábado, 5 de agosto de 2017

ROBERT LOUIS STEVENSON

ROBERT LOUIS STEVENSON

José Francisco Sastre García

         Hablar de Robert Louis Stevenson es hablar de un autor que recrea escenarios capaces de trascender el tiempo y el espacio, y convertirse en leyendas más allá de la imaginación: sólo hay que pensar en dos de sus obras más celebradas, La Isla del Tesoro y El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide, para hacernos una pequeña idea de la categoría literaria con la que nos encontramos…

            Nacido en Edimburgo (Escocia) un 13 de noviembre de 1850, poseyó un carácter viajero que lo llevaría a escribir no sólo novelas de ficción como las ya citadas y otras también muy conocidas, sino también novela histórica, crónicas de viajes, ensayo, poesía… Tocó prácticamente todos los palos en el mundo de la palabra escrita, influenciado por el ambiente religioso de su hogar (el presbiterianismo presidió buena parte de su infancia, junto con una niñera que le contaba cuentos truculentos sobre el calvinismo) y por todos los ambientes que conoció durante su vida viajera, desde la austeridad inglesa hasta el exotismo de las islas del Pacífico.
            De él se puede decir, entre otras cosas, que es el precursor, o quizás el reivindicador, de la nóvela clásica de aventuras, devolviendo a este género un aire fresco que había ido perdiendo poco a poco.
            Fruto de esta infancia marcada por la “presión” religiosa, escribe en 1885 A Child’s Garden of Verses, con dedicatoria a la niñera que lo marcó con una fuerza inmensa y que incluso hoy en día sigue siendo un referente en Gran Bretaña.
        También como resultado de esta crianza, su juego principal era la iglesia: se preparaba un púlpito con sillas y mesas y desde allí declamaba como un pastor, aunque no tardaría en sustituirlo por una gran afición a rimar y escribir historias surgidas de su propia cabeza.
            Su etapa escolar no fue demasiado buena: debido a problemas de salud y a una bronquitis, acabó por recibir clases particulares, imposibilitado de acudir regularmente a las clases; pasada esta época (1857), en 1861 ingresó en la Edinburgh Academy, que abandonaría a la edad de 13 años. Pasaría por un internado en Spring Grove, para acabar por regresar a su ciudad natal a estudiar en una escuela privada a partir de 1864.
            Al parecer llevaba el virus de la escritura en la sangre, pues escribía desde pequeño; su padre, que había hecho sus pinitos en esta rama, comprendía perfectamente al pequeño, por lo que fomentó aquella afición hasta el punto de que en 1866, cuando apareció Pentland Rising, una novela de ambientación histórica al estilo de Walter Scott, se comprometió con el editor, Andrew Elliott, a comprar todos los ejemplares que pasada una fecha no se hubieran vendido; no era una obra con una calidad deslumbrante, aunque más tarde, cuando el autor se había hecho ya famoso, allá por 1886, el precio de esta historia se puso por las nubes.
            Los viajes de Stevenson empezarían pronto, acompañando durante su adolescencia a su padre, lo que inspiraría en él el amor por la aventura y le ofrecería material para empezar a escribir sus crónicas. No tardaría en ingresar en la Universidad, primero en Ingeniería influenciado por su padre, que era ingeniero, para abandonarla y ponerse a estudiar Derecho, que acabaría y comenzaría a trabajar como abogado. Sin embargo, puesto que su principal interés era el estudio de la lengua, su carrera en este campo no resultó demasiado brillante.
            La salud del escritor comenzó a resentirse: la tuberculosis hizo su aparición, aunque de momento sólo eran los inicios, pero esto lo marcaría para el futuro. Se dedicó a viajar por Europa, hasta recalar en Francia, concretamente en Grez, en 1876, donde conocería a una norteamericana separada, Fanny Osbourne, una relación que acabó en amor: mientras él publicaba en 1878 su primer libro, ella partía a su tierra natal a tramitar los papeles del divorcio; un año después Stevenson la seguiría, casándose con ella en 1880 y residiendo ambos en Calistoga, en el Lejano Oeste, donde se dedicó a escribir historias de aventuras, romance, viajes…
            Con la salud de Stevenson cada vez peor, el matrimonio partiría de nuevo hacia el viejo continente, donde se afincarían en Edimburgo; pero no durarían demasiado, partirían de nuevo para recalar en Davos, Suiza, donde pararon también poco tiempo. El resultado final de estos vagabundeos fue el de instalarse en Bournemouth, en una finca que les regaló su padre. Y aun así, el espíritu inquieto que los poseía los obligaría a moverse de nuevo: tres años después partirían de nuevo hacia América, para asentarse en Nueva York. Allí entablaría amistad con una de las grandes leyendas de la literatura, Mark Twain.
            No acabaría aquí su afán viajero. Su camino los llevaría a San Francisco, desde donde dieron el salto hacia las islas del Pacífico Sur, hasta Samoa: por fin habían encontrado un lugar donde descansar de sus interminables viajes. La familia al completo vivía junta, aunque no el padre del autor, que había fallecido recientemente.
            No tardó en establecer una relación cordial con los aborígenes de aquellas tierras exóticas: gracias a su gran capacidad para narrar, lo bautizaron como Tusitala, “El que cuenta historias”; esta relación llegó hasta tal punto que no tardó en implicarse en cuestiones políticas de las islas. Durante la dominación alemana del archipiélago de Samoa tomó partido por un jefe local, escribiendo un artículo en la prensa en el que denunciaba la penosa situación de los indígenas bajo el dominio germano. Poco después, también escribiría una carta abierta, la conocida como Defensa del Padre Damián, en Sidney en 1890, contra un reverendo de Honolulú, en Hawaii…
            Su salud se resentiría de tal manera que acabó por llevarlo a la tumba: el 3 de diciembre de 1894, una hemorragia cerebral se llevaría a uno de los grandes escritores de la literatura, fruto probablemente de su problema de tuberculosis y de su afición por el alcohol, dos cuestiones que no podían aportar una buena combinación. Él mismo escribiría en una ocasión: Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos. Una declaración clara y tajante del estado en el que se había encontrado durante tanto tiempo…
            Su fallecimiento en Vailima, cerca de Apia, la capital de Samoa, supuso un duro golpe para la familia y para la literatura en general: en lugar de ser repatriado a su tierra natal, Escocia, sería enterrado cerca del monte Vaea.

            Su obra posee un marcado estilo sobrio, con un toque elegante que le otorga una prosa fácil de leer, en la que las descripciones se integran en el conjunto de manera que no resultan tan cargantes como en otros autores, creando un conjunto atractivo y, sobre todo, realista, que hace que el lector se sienta transportado a los lugares que el escritor recrea con una limpieza absoluta.
            El ritmo queda marcado en todo momento por la trama de la historia, consiguiendo que la lectura se haga amena. Y el estilo tan cuidado produce el efecto deseado, tanto el desasosiego en Jeyll y Hide, por ejemplo, como la adrenalina en La Isla del Tesoro.
            Los personajes que recrea están extraídos de las figuras decimonónicas que recorrieron el mundo que conoció, lo cual les dota de una personalidad, de una viveza y una atracción mucho mayor de la habitual, haciendo que nos surja una afinidad con ellos casi imposible de soslayar, dando igual si se trata de protagonistas o villano; no tenemos más que ver al muchacho que se embarca en una aventura de piratas, Jim Hawkins, casi sin comerlo ni beberlo, madurando a golpe de sorpresas, decepciones y alegrías, o al inefable Long John Silver, un pirata de la vieja escuela que no deja de tener un toque romántico y sensible que hace que, en el fondo, no sea tan malo como aparenta, a pesar de que pueda ser tan implacable como el que más… No tenemos más que contemplar al doctor Jekyll, con sus dudas, sus pensamientos en torno a sus experimentos y lo que éstos conllevan, y a su alter ego liberado, Mr. Hide, un hedonista que sólo busca su propio placer aunque para ello haya de sacrificar a quien haga falta… Y entre medias, a Catriona, a los hermanos Durie, Richard Shelton…
            Se le puede considerar como uno de los grandes precursores de la literatura de horror psicológico, así como un escritor que recuperó el género más clásico y trepidante de la novela de aventuras, como ya se ha dicho anteriormente: las aventuras de Jim Hawkins y Long John Silver marcan un antes y un después, hasta el punto de saltar a otros medios como el cine en infinidad de ocasiones, junto con otras de sus grandes obras maestras (Jekyll y Hide, El Señor de Ballantrae…).
            Para el que quiera echar una ojeada a toda la magnitud de la obra de Robert Louis Stevenson, expondremos el conjunto general de un escritor que se convirtió, por derecho propio, en uno de los más grandes escritores…

Novelas

  • 1883 - La isla del tesoro.
  • 1885 - El príncipe Otón.
  • 1886 - El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.
  • 1886 – Secuestrado.
  • 1888 - La flecha negra.
  • 1888 - El señor de Ballantrae.
  • 1889 - El muerto vivo (Aventuras de un cadáver), escrito en colaboración con Lloyd Osbourne.
  • 1892 - Los traficantes de naufragios, escrito en colaboración con Lloyd Osbourne.
  • 1893Catriona.
  • 1894 - Bajamar: un trío y un cuarteto, (La isla de la aventura), (La resaca), escrito en colaboración con Lloyd Osbourne.
  • 1896 - Weir de Hermiston. Novela que quedó inconclusa a su muerte.
  • 1897 - St. Ives: being the Adventures of a French Prisoner in England. Novela que quedó inconclusa a su muerte, y que tomó Arthur Quiller-Couch para completarla.
  • 1877 (2014) - The Hair Trunk or The Ideal Commonwealth: An Extravaganza in August, novela que quedó inconclusa.


Antologías

  • 1882 - Nuevas noches árabes (11 relatos).
  • 1885 - El dinamitero (14 relatos, escrito en colaboración con Fanny Van De Grift Stevenson).
  • 1887 - The Merry Men and Other Tales and Fables (6 relatos).
  • 1893 - Noches en la isla, (Cuentos de los Mares del Sur) (3 relatos).
  • 1896 - Fables (20 relatos).
  • 1905 - Tales and Fantasies (3 relatos).


Relatos sueltos

  • 1875 - When the Devil was Well.
  • 1875 - Una vieja canción.
  • 1877 - Edifying Letters of the Rutherford Family, un relato que quedó inconcluso a su muerte.
  • 1892 - La mujer solitaria, (La mujer errante).
  • 2008 - Sophia Scarlet. Este relato está basado en un manuscrito que Stevenson escribió en 1892.


Poesía

  • 1885 - Jardín de versos para niños. 
  • 1885 - A Good Play.
  • 1887 - Underwoods.
  • 1891 – Ballads.
  • 1896 - Songs of Travel and Other Verses.
  •  Poems Hitherto Unpublished.


Crónicas de viajes

  • 1878 - Un viaje al continente.
  • 1879 - Viajes con una burra a las Cévennes.
  • 1882 - The Old and New Pacific Capitals.
  • 1883 - The Silverado Squatters.
  • 1892 - Across the Plains.
  • 1892 - A Footnote to History, Eight Years of Trouble in Samoa.
  • 1895 - The Amateur Emigrant.
  • 1896 - En los mares del Sur.


Otras obras

  • 1876 - Apología del ocio (Apología de los ociosos y otras ociosidades).
  • 1879 - Edimburgo: notas pintorescas.
  • 1881 - Virginibus Puerisque, and Other Papers.
  • 1882 - Estudios familiares del hombre y los libros.
  • 1887 - On the Choice of a Profession.
  • 1887 - Memories and Portraits.
  • 1887 - Aes Triplex.
  • 1888 - Memoir of Fleeming Jenkin.
  • 1890 - Father Damien: an Open Letter to the Rev. Dr. Hyde of Honolulu.
  • 1895 - Vailima Letters.
  • 1995 - The New Lighthouse on the Dhu Heartach Rock, Argyllshire. Este ensayo se basa en un manuscrito escrito en 1872 y editado por R. G. Swearingen en California.
  • 1896 -  El embarcamiento inmaduro. Este ensayo quedó incompleto tras su fallecimiento.

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