sábado, 30 de mayo de 2015

EL REY ARGANTONIO



ARGANTONIO, EL REY DE PLATA DE TARTESSOS

José Francisco Sastre García

            Normalmente, cuando se estudian personajes legendarios o semilegendarios solemos tropezarnos con el problema de no disponer de apenas datos relevantes que nos conduzcan en una dirección clara; así, algunos parecen perfectamente documentados pero no hay resto arqueológico o histórico alguno que nos permita delimitarlos, otros adolecen de falta de información suficiente pero con datos físicos que sí parecen demostrar algo…
            En el caso que nos ocupa nos encontramos con un problema doble: no sólo la existencia del rey Argantonio no está excesivamente demostrada, sino que además el reino que gobernó, Tartessos, aunque perfectamente demostrado merced a los yacimientos encontrados en puntos de Andalucía como Carambolo, donde apareció el famoso tesoro del mismo nombre, Turta (capital o ciudad principal de la Turdetania), Mastia (actual Cartagena), Molybdan, de la que sólo se conoce el nombre, o Elibirge, posterior Iliberri,… aún no ha entregado todos sus secretos: la capital aún permanece escondida, pero eso podría cambiar: los recientes avances y descubrimientos efectuados en Doñana podrían deparar fascinantes sorpresas al respecto…

El personaje   

            El término Argantonio deriva del latín Argenteus, plata, y su traducción viene a ser Hombre de plata. Según algunas fuentes, este nombre estaría indicando un origen indoeuropeo, generando divergencia de opiniones entre los investigadores, que se dividen en dos corrientes: la de que los tartesios son de origen indoeuropeo, y la de que no serían sino una rama de la gran familia griega.
Al parecer este rey gobernó desde el 670 a.C. hasta el 550 a.C., y fue el último rey tartésico. También es el único del que se tienen referencias históricas, punto acerca del cual reflexionaremos más adelante. Algunos le otorgan un reinado de 80 años y una vida de 120, como Herodoto, mientras que otros llegan hasta 150 (Plinio). Incluso algunos aventuran a darle la evidentemente exagerada edad de 3 siglos, que podría confirmar la idea básica de que disfrutó de longevidad y un largo reinado.
Acerca de la muerte de este personaje no existe cita ni referencia alguna, por lo que no tenemos base alguna para plantear qué pudo ocurrir.
            Su reinado parece suponer el apogeo de la cultura tartésica, que es especialmente rica y avanzada; sobre todo es conocida por la riqueza minera, en especial bronce y plata. Anacreonte muestra a este rey como prototipo de la felicidad terrestre, como un gobernador justo que rigió patriarcalmente los destinos de su pueblo.
            Autores como Herodoto relatan, entre otras anécdotas, que hacia el siglo VI a.C., una nave con tripulantes focenses provenientes de Jonia (Grecia) fue desviada, por causas climatológicas, unos kilómetros más allá de las famosas columnas de Hércules. La desgracia se tornó en alegría cuando los marineros griegos, comandados por Colaios de Samos, contactaron con una cultura que parecía instalada en la más abrumadora abundancia. Sorprendidos por el hallazgo, trabaron amistad con el rey de aquel pueblo, cuyo nombre era Argantonio. Éste fue el origen de la relación militar y comercial que uniría a ambos pueblos, por la cual el monarca les ofrece ayuda para defenderse del ataque de los persas, llegando a decirse que les envió 1500 kilos de plata, e incluso llega a proponerles Tartessos como lugar de exilio en caso de que fueran derrotados. Es posible que se tratara de una maniobra para sacudirse el yugo fenicio de Gadir (Cádiz), pero no le salió bien: no se abrió ninguna colonia focense en su territorio; aunque también se especula con la posibilidad de que lo que pretendiera realmente fuera dar salida al comercio de los metales, interrumpido por la presión asiria sobre las ciudades de Fenicia.
            Después de dejar el gobierno, y tras la batalla de Alalia en el 535 a.C., en la que los etruscos y los cartagineses formaron alianza contra los griegos, el Mediterráneo occidental cae en poder definitivo de Cartago. A partir de este momento, las rutas comerciales desde la parte oriental hacia Iberia quedan cortadas o al menos controladas por los cartagineses, lo que provoca que los focenses finalicen su tratado comercial con el reino ibérico y éste vaya quedando relegado lentamente al olvido.
            Argantonio no es un rey fundador, ni siquiera civilizador: responde más bien, como algunos investigadores han apuntado, a la idea del legislador, del hombre capaz de hacer convivir de forma armoniosa y justa a las diferentes partes de un pueblo. Y la mera idea de su gran longevidad se debe, casi con total seguridad, a la idea que en aquellos tiempos se tenía acerca de la vejez como fuente de sabiduría, por lo que un personaje que fuera viejo, y que llegara a ser rey ya de viejo, había de ser doblemente afortunado, y no sólo él, sino las gentes a las que gobernara.

Apuntes sobre Tartessos

            El nombre de Tartessos pudo proceder del término con el que se conocía originalmente el río que bañaba la ciudad; normalmente se cree que es el que los romanos llamarían posteriormente oleum flumen, río de aceite, y más tarde Betis, y al que los árabes rebautizarían como Guadalquivir, río grande.
La capital del reino, tal vez llamada Turta o Tarta, podría haber estado en una isla en la desembocadura o el Delta, en lo que los romanos denominaban Lacus Ligustinus, que posteriormente daría lugar a las Marismas del Guadalquivir.
Sin embargo, nada es seguro y hay autores que tratan de situar el río Tartessos en las bocas del Odiel y el Tinto (ría de Huelva), en el Mar Menor, en las bocas del Guadiana, en el Delta del Ebro o en el mismo Tajo. Veamos una breve descripción de la zona: “Dicen que Tartessos es un río en la tierra de los iberos, llegando al mar por dos bocas y que entre esas dos bocas se encuentra una ciudad de ese mismo nombre. El río, que es el más largo de Iberia y tiene marea, llamado en días más recientes Bateéis”. Aún así, hay algunos que piensan que Tartessos fue el nombre antiguo de Carpia, una ciudad de los iberos.

            En lo que respecta a su origen, como ya se ha comentado no hay un claro acuerdo:
  • Según las investigaciones más recientes esta cultura sería totalmente autóctona, formándose a partir de la evolución de las poblaciones locales herederas del Bronce del suroeste peninsular, evolución que llegó a su clímax cuando comenzaron a relacionarse con los enclaves fenicios del litoral.
  • Según otros, la cultura tartesia sería el resultado exclusivo de la aculturación de los indígenas por parte de los fenicios. Esta teoría se apoya en las cronologías de colonización y en los restos arqueológicos, como cerámicas de retícula bruñida, de barniz rojo y las representaciones religiosas, que claramente hacen referencias a dioses orientales, como Astarté, Baal o Melkhart (que bajo su forma de toro aparece representado en numerosas ocasiones).
·      Sobre el origen de los propios tartesios, y dentro del marco de las teorías difusionistas que se instauraron durante los años 70 del siglo XX, se ha llegado a pensar que llegaron a la Península con los Pueblos del Mar, o incluso que pudieron ser pueblos indoeuropeos, gentes que vinieron desde las estepas al norte del Cáucaso y que se asentaron sobre las gentes prehistóricas y podrían haber formado las culturas de El Argar o la de los Campos de Urnas.

            El reino de Argantonio abarcaba un amplio territorio, dominando desde el Algarve hasta las montañas de Alicante, y por el Norte se expandía hasta la Cordillera Mariánica (la actual Sierra Morena) y el río Segura al Nordeste. Al parecer disponía de diversas ciudades de cierta consideración, con capital en algún lugar de la desembocadura del Guadalquivir, las Marismas o Doñana.
            Parecen estar datadas su existencia y su actividad comercial y minera desde al menos el final de la Edad del Bronce, es decir, fechas que estarían alrededor del 1100 a.C. Su fama había de ser muy grande cuando griegos, fenicios, e incluso el propio Salomón buscaban el comercio con el reino. En el Antiguo Testamento encontramos varias fuentes de información al respecto:

·      En efecto, el Rey Salomón tenía naves de Tarsis en el mar junto con las naves de Hiram. Las naves de Tarsis venían una vez cada tres años y traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales.” Libro de los Reyes I, 10-22. En la actualidad, algunos creen que Salomón no se refería a Tartessos, sino al puerto de Aqaba, en la península del Sinaí. Sin embargo, esta teoría no parece encajar demasiado con el hecho de que las naves de Tarsis tardaran tres años en hacer el recorrido: el puerto de Aqaba está muy cerca de Judea y Jerusalén, así que encajaría más la Tartessos que estamos estudiando.
·      En un texto del Profeta Ezequiel (27, 12) se comenta que Tiro comerciaba con Tarsis. En este caso es prácticamente seguro que sí se refiera a Tartessos, puesto que Fenicia ya había contactado con ellos.
·      En el Libro de Jonás (1,3) dice: “Pero Jonás se levantó para ir a Tarsis, lejos de la presencia de Yahvéh. Bajó a Yoppe y encontró una nave que iba a zarpar hacia Tarsis. Pagó el pasaje y se embarcó en ella para ir con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Yahvéh”.

Podemos aún citar otras posibles referencias a Tartessos y las relaciones que los diferentes pueblos tenían con este reino:

  • En la estela de Nora (siglo IX a. C.), encontrada en Cerdeña y escrita en fenicio, un navegante chipriota agradece al dios Pumar haber llegado a su hogar BTRŠŠ sano y salvo. El acrónimo BTRŠŠ ha sido relacionado por muchos especialistas con Tarshish (Tartessos). Pero también se interpreta por templo del cabo y mina o fundición, haciendo una más que posible referencia a la propia Cerdeña, que era explotada por su riqueza mineral por los fenicios. Sin embargo, en este aspecto hay una apreciación que me hace dudar de esta interpretación: si el navegante es chipriota y agradece a los dioses haber llegado a su hogar, ¿no sería lo más lógico pensar que esas siglas se corresponderían con Chipre?
  • En la estela de Assarhaddon (siglo VII a. C.) aparece el nombre de Tarsis. Los Asirios no tuvieron ninguna relación con el Mediterráneo Occidental, pero es posible que conocieran el reino y su riqueza y por ello lo hayan citado.
  • El poeta Estesícoro (siglo VI a. C.) menciona a Tartessos en su Geroneida, donde se narra el décimo trabajo que encomendó Euristeo a Heracles, que consistía en matar al gigante Gerión, que gobernaba en un reino cercano a Tartessos. Se considera como la primera referencia oficial a Tartessos.
  • Cuando el viajero Pausanias visitó Grecia en el siglo II a. C. vio dos cámaras en un santuario de Olimpia, que la gente de Elis afirmaba haber sido realizadas con bronce tartesio.
  • Plinio y Justino también hablan de Tartessos, pero de una manera un tanto confusa e imprecisa.
  • En el tratado entre Roma y Cartago del año 348 a. C., se hace mención a "Μαστια Ταρσειον" (Mastia de los Tartesios), ciudad que en este caso podría referirse no a la ciudad de Argantonio, sino posiblemente a la actual Cartagena, que marcaba el límite que podía alcanzar Roma en la península Ibérica:
El tratado está concebido en estos términos: "Sobre estas bases existe amistad entre los romanos y los aliados de los romanos con los cartagineses, tirios, uticenses y sus aliados. Más allá del Kalón Akrotérion y de Mastia de Tarsis, los romanos no podrán hacer presas ni comerciar ni fundar ciudades. Si los cartagineses se apoderasen de alguna ciudad del Lacio no sometida a los romanos, quedarán con el dinero y los cautivos pero dejarán la ciudad. Si los cartagineses se apoderasen de gentes con las cuales los romanos hubiesen pactado, aun cuando no estuviesen bajo el imperio de los romanos, no las llevarán a los puertos romanos y, si alguno fuera llevado y un romano se hiciera cargo de él, quedará libre. Lo mismo evitarán los cartagineses; si por el contrario, alguien lo hiciese, no se le perseguirá privadamente, sino que se considerará injuria pública. En Cerdeña y en Libia ningún romano comerciará ni establecerá poblados (ni se acercará), a no ser para aprovisionarse o para reparar sus naves. Si es llevado por una tempestad, en un plazo de cinco días debe marcharse. En la parte de Sicilia sometida a los cartagineses y en Cartago, un romano puede vender y hacer todo aquello que es lícito al ciudadano. Igual derecho tendrán los cartagineses en Roma”.

Al parecer desarrollaron una lengua y una escritura propias, distintas de las del resto de la península, y hacia el final de su civilización recibieron influencias de diversas culturas: fenicias, griegas, o egipcias.
Según algunos investigadores, al reino se le dio el mismo nombre que poseía la capital: al fin y al cabo, según las antiguas crónicas, el comercio se realizaba con la ciudad de Tarsis o Tartessos, según el origen de la fuente que tomemos. Disponemos de suficientes yacimientos para asegurar que hubo de existir, pero nos encontramos con el escollo que ya habíamos comentado: si bien han aparecido unos cuantos restos, el más importante, el de la capital, sigue aún desaparecido.
Disponemos de otra vertiente de investigación que preconiza la posibilidad de una Tartessos conformada por élites comerciantes que, simplemente, acumulaban los beneficios económicos de su trato con los fenicios. Para justificar esta idea señalan que pensar en un reino establecido es absurdo, ya que no se han encontrado vestigios arquitectónicos que nos hagan sospechar algo de mayor calado que simples estructuras aldeanas con escaso tejido social. Sin embargo, tal planteamiento choca frontalmente con el hecho de que por la misma época la Creta minoica se conformaba ya como un reino perfectamente asentado y urbanizado, así que, ¿por qué no pensar que también Tartessos pudo haber gozado del mismo estatus?
Acerca del final de este semilegendario reino se han establecido también diversas hipótesis:
·      Unos piensan que fueron los cartagineses quienes, alrededor del 500 a.C., destruyeron Tartessos para apropiarse de sus recursos.
·      Otros aseguran que no hubo destrucción alguna, sino que aquellos primigenios pobladores andaluces fueron sufriendo una evolución que daría lugar a los turdetanos como sus grandes herederos, ya que en la época romana estas gentes eran los más cultos de su entorno, poseían una gramática más compleja que el resto y conservaban viejas tradiciones que ellos mismos databan en 6.000 años de antigüedad (según nos cuenta Estrabón), lo cual nos llevaría, a unas fechas aparentemente muy tempranas para culturas como la tartésica, e incluso la sumeria…
·      También se piensa que pudo sufrir un colapso al agotarse las vetas minerales, fuente principal de su economía y riqueza: podría haber habido convulsiones sociales que habrían derribado a las élites y, posteriormente, deshacerse el reino en lo que podríamos denominar “polis”, ciudades independientes entre sí que poco a poco irían perdiendo la hegemonía que una vez tuvieron.
·      Otra posibilidad que se ha barajado es la de las invasiones celtas, teoría que no parece tener demasiado sustento debido precisamente a la situación del reino y la ubicación de los pueblos celtas que penetraron en la península ibérica.
·      Y, por último, se cree incluso que pudo haber un terremoto o una sucesión de desastres naturales que dieron al traste con la estructura que mantenía la cohesión del reino.

La forma de gobierno que se mantenía era de tipo imperial y poseían leyes escritas en verso en tablas de bronce desde tiempo inmemorial (los 6.000 años que ya se han mencionado). Era una monarquía como las del resto del Mediterráneo, con sede en una ciudad desde la que se controlaba todo el territorio. Los fenicios propiciaron que toda la concentración del poder fuera sobre un rey, ya que de esa manera les resultaba más fácil establecer intercambios comerciales. Se puede dividir la cronología de Tartessos en dos grandes grupos: los reyes mitológicos y los reyes históricos:

·      Reyes mitológicos

·         Gerión: Primer rey mitológico de Tartessos. Según la leyenda, era un gigante tricéfalo, o al menos con tres cuerpos, que pastoreaba sus grandes manadas de bueyes a las orillas del Guadalquivir. El mito dice que una de las doce pruebas de Heracles era el robo de los bueyes de Gerión. Sin embargo, en este sentido las fuentes son diversas: por una parte tenemos la leyenda de que Gerión era el gigante mítico que mató Heracles y sobre el que construyó la Torre de Hércules, en La Coruña; y por otra una versión muy extendida en la que se dice que Gerión gobernaba en una isla más allá de las columnas de Hércules, cerca de Tartessos y, por tanto, no perteneciente al reino.
Manteniéndonos en esta figura mítica, puede ser interesante mencionar una línea de investigación que puede dar lugar a algunas curiosidades: Gerión es hijo de Crisaor, otro mítico rey de la Península Ibérica, quien a su vez es vástago de Medusa, la gorgona más conocida de la mitología griega (sus hermanas eran Esteno y Euríale). Esta investigación parece apuntar a que la figura de esta criatura con reminiscencias reptílicas podría estar en el origen de la realeza tartésica, mediante la exposición de algunos detalles como, por ejemplo, la base fonética “Gr” que encontramos en Gorgona, Gerión o Gárgoris.
·         Norax: Nieto de Gerión e hijo de Erytheia, conquistó el sur de Cerdeña, donde fundó la ciudad de Nora.
·         Gárgoris: Primer rey de la segunda dinastía mitológica tartésica, rey de los curetes. Inventó la apicultura y el comercio.
·         Habis o Habidis: Hijo bastardo de Gárgoris no reconocido, escapó de la muerte ordenada por su padre viviendo entre las bestias. Fue amamantado por una cierva hasta hacerse un hombre y ser después reconocido por su padre. Descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases y prohibió el trabajo a los nobles. Bajo su reinado se establece un sistema social en que unos pocos viven a costa del trabajo y la miseria de una mayoría pobre. Cuentan que dividió el reino en siete ciudades.

Sobre estos dos últimos monarcas se escribió la Tragicomedia de Gárgoris y Habis, que menciona un sistema social basado en la explotación del hombre por el hombre, nacido tras el descubrimiento de la agricultura. Se trata de personajes mitológicos, cuya existencia real es tan dudosa como la de Heracles.

 

·      Reyes históricos

Argantonio es el único y último rey del que se tienen referencias históricas.


El símbolo por el que al parecer se reconocía a Tartessos era una estrella regular de ocho puntas.

            Los yacimientos más importantes que sobre el reino tartesio han aparecido, y sobre los que se construyen las hipótesis acerca de este pueblo, son:

  • Los tesoros de:
·       Carambolo
·       Aliseda
·       Belvís de la Jara
  • La necrópolis de la Joya, en Huelva capital
  • Cancho Roano
  • Tejada La Vieja

Consideraciones

·      Comprobados los datos de que disponemos, podemos dar por sentado que Argantonio existió; sin embargo, la longevidad que se le atribuye hace pensar más bien en una cuestión mítica, o tal vez, tal y como han apuntado algunos investigadores, que en realidad no se trate de un rey físico, sino de un linaje, de una dinastía, y que el término en realidad pudiera estar aludiendo, como en el posible caso de Minos, al cargo de monarca que ostentaba. Esta teoría se vería reforzada por el hecho de no existir referencia alguna a ningún gobernador anterior: ¿acaso en los registros tartésicos saltan alegremente de los reyes míticos a este gobernador? Sinceramente, para tener 6.000 años de historia “documentada”, la laguna es monumental, a no ser que pensemos que el último mito, Habidis, pasase el testigo al personaje que estamos analizando, con lo que situaríamos a un personaje legendario en tiempos históricos como son los del siglo VII a.C. No parece una opción factible, así que la teoría del linaje seguramente es la que mejor pueda cerrar esta incógnita… En cualquier caso, no parece una explicación suficiente: ¿desde cuándo en un registro de reyes no se mencionan los nombres de los monarcas, sino sólo el cargo?
·      Tal parece, como ya se ha apuntado a lo largo del artículo, que en su origen esta figura aparece como la del buen rey que gobierna a sus súbditos con justicia y equidad, y no como la del fundador de la civilización; teniendo en cuenta el punto anterior, es factible pensar que esta parte del mito esté aludiendo a uno de los monarcas, mezclando figuras de diversas épocas en un collage difícil de desentrañar debido a la falta de documentación.
·      La historia de los navegantes focenses parece estar encaminada a justificar de alguna manera los intentos por establecer lazos comerciales con la Europa Oriental y mantener a raya, o por lo menos una autonomía propia, con respecto a los intereses fenicio-cartagineses establecidos en Gadir: Argantonio intentaría mantener a toda costa a su reino alejado de las garras de sus vecinos…
·      En la leyenda de Habidis nos tropezamos con una cuestión interesante, que es la relacionada con el número siete. Éste parece ser un número de tipo sagrado o mágico, que para algunas culturas representa todo lo bueno, pues en la antigüedad se recurre a él una y otra vez: de la misma manera que tenemos que el mítico monarca tartesio estructura el territorio en siete ciudades, podemos citar la leyenda de las siete ciudades de Cíbola, en Norteamérica, las Siete Ciudades de Antilia (mencionada por Aristóteles)…
·      Y entramos en una cuestión más peliaguda, la de la ubicación cronológica de la cultura tartésica: como ya se ha comentado, los registros de esta civilización parecen remontarse a una época inverosímil para el nacimiento de las culturas; si comúnmente se dice que la cultura empieza en Sumer alrededor del 4000-3500 a.C., ¿cómo encajar los 6000 años de historia de Tartessos? Éste y algunos otros detalles han hecho especular a algunos investigadores, entre los que el más insistente ha sido Schulten, con la posibilidad de que el mito platónico de la Atlántida fuera en realidad un trasunto de la civilización del Guadalquivir. Pero la gran antigüedad que asigna Platón a la cultura insular, junto con la carencia de restos que identifiquen definitivamente el mito, hacen que esta teoría sea insostenible. Existen incluso otros detalles que harían descartable esta interpretación simplemente siguiendo al filósofo griego:
·      Los atlantes se embarcaron en una guerra con los griegos que no consiguieron ganar. Tartessos jamás pareció entrar en tal conflicto, si acaso pudo luchar contra los fenicios o los cartagineses. ¿Serían éstos a los que se referiría en realidad Platón?
·      El carácter atlante es dictatorial, imperialista, basado en la expansión por la fuerza de las armas, lo que contrasta notablemente con el carácter aparentemente mucho más pacífico del pueblo del Guadalquivir. ¿Cómo hacer compaginar esta contradicción? Tan sólo acudiendo a reyes anteriores a Argantonio, que pudieran haber poseído este carácter…
·      Otros autores han preferido recortar la cronología y han preferido identificar, en unos casos Tartessos y en otros la Creta minoica, con la Atlántida platónica, aludiendo a la diferencia entre los años egipcios y los años “normales”, acercándolo hasta aproximadamente el 1600 a.C. Teniendo en cuenta que las descripciones del filósofo griego podrían encajar bastante bien con el carácter de ambas culturas, altamente civilizadas, y que la erupción del volcán de Santorini que tuvo lugar aproximadamente por aquellas fechas debió ser tan fuerte o mayor que la del Krakatoa y, por tanto, una verdadera catástrofe para las culturas del entorno mediterráneo, ésta es una posibilidad que no resulta descartable, y aún menos teniendo en cuenta algunos detalles:
·      La capital tartesia se ubicaba en una isla.
·      Recientemente se ha publicado la noticia de que se han descubierto nuevos restos arqueológicos en Doñana, y se han lanzado las campanas al vuelo sobre su relación con el mito platónico, puesto que parece tratarse de estructuras circulares que encajarían con la imagen más típica que tenemos de la legendaria ciudad. Pero antes de hablar, esperemos a ver las dataciones, puesto que lo más probable es que nos encontremos con un nuevo yacimiento tartesio, quizás por fin el de la capital…
·      La erupción de la isla de Thera pudo provocar grandes movimientos de tierra y marítimos: de hecho, la cultura minoica cayó en parte debido a esta debacle, lo que puede hacer sospechar que Tartessos también sufrió una buena sacudida: la cultura posterior, la que conocemos bien del siglo VI a.C., podría ser la heredera que consiguió levantarse de tal catástrofe, dejando tras sí relatos orales de lo sucedido a sus antepasados...


Bibliografía

 

  • Geroneida, Estesícoro, s. VI a.C.
  • Historias, Heródoto. s. V a.C.
  • Pausanias. s. II a.C.
  • Polibio. s. II a.C.
  • Macrob, Luciano. s. II d.C.
  • De Senect, Cicerón. s. II a.C.
  • Plinio. s. II a.C.
  • Estrabón. s. I a.C.
  • Valerio Máximo. s. I a.C - s. I d.C.
  • Dictionary of Greek and Roman biography and mythology, Smith, William, Sir.1867.
  • Tartessos, Schulten, A. 1945.
  • La localización de la ciudad de Tartessos, Caruz Arenas, A. 1969.
  • Tartessos y El Carambolo, Carriazo, J. de Mata. 1973.
  • Tartessos y los orígenes de la colonización fenicia en Occidente, Blázquez, J.M. 1975.
  • Notas sobre las estelas decoradas del S. O. y los orígenes de Tartessos, Bendala, M. 1977.
  • Consideraciones en torno a Tartessos y los orígenes de la cultura ibérica, Abad, L.1979.
  • Problemas en torno a la definición del Bronce Tardío en la Baja Andalucía, Martín de la Cruz, J. C. 1984-1985.
  • Consideraciones sobre las inscripciones tartesias, Correa, J. A. 1985.
  • Los griegos en Tartessos: replanteamiento arqueológico-histórico del problema, Olmos, R. 1986.
  • Tartessos y Huelva, Fernández Jurado, J., 1988-89.
  • El impacto fenicio en Tartessos: las esferas de interacción, La cultura tartésica y Extremadura, Aubet, M. E. 1990
  • La Prehistoria del Hombre, Fullola, Josep Mª; Gurt, Josep Mª. 1992.
  • Los Enigmas de Tartesos, Alvar, Jaime y Blázquez, J. Mª. 1993.
  • Fenicios, tartesios y turdetanos, Ruiz Mata, D. 1994.
  • Ideología y poder en Tartessos y el mundo ibérico, Almagro-Gorbea, M. 1996.
  • Tartessos y Europa, Miguel Romero Esteo. 2002. Posteriormente compondría una obra teatral sobre el mismo tema.
  • Fuentes griegas y romanas referentes a Tartessos, Blázquez, José María. 2005.
  • Tartessos, Mastia y las rutas comerciales de la antigüedad, Violat Bordonau, F. 2007.
  • Resultados Investigaciones año 2007 - Doñana
  • Resultados Investigaciones año 2008 – Doñana

  • Ciclo de Norax de Tartessos, Manuel Berlanga.
  • Sobre su Piel la Plata de Tartessos, Santiago Zaldívar Soriano.
  • Tartessos, Jesús Maeso de la Torre.
  • Tartessos, un Reino Soñado, Jaime Alvar.

 

Filmografía

 

·         Historia de España, episodio dedicado a Tartessos. 2003.

·         La Conexión del Estrecho de Gibraltar, BBC. 2005.

·         Tartessos y Oringis: el Legado de la Atlántida, Arqueotour. Coproducción bilingüe español-inglés de próxima aparición.

 

Otros

 

·         Odisea en Iberia, Paco Nájera. Tercer volumen de una serie de cómic dedicada a las aventuras, al estilo de Asterix y Obelix, de la hija de Argantonio y sus amigos en una Tartessos en la que los villanos son los fenicios…

2 comentarios:

  1. Interesante la vida de este legendario rey tartésico Argantonio y el enigma que lo envuelve.

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  2. Buenas noches, Ángeles, y muchas gracias por tu interés: Tartessos es una cultura tan enigmática como interesante.

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