sábado, 29 de noviembre de 2014

MARS ATTACKS



MARS ATTACKS
¡NOS INVADEN LOS ENANOS VERDES CABEZONES!

Jose Francisco Sastre García

Recientemente he tenido la oportunidad de ir a ver la última película de Tim Burton, Mars Attacks. Tras leer las diferentes críticas vertidas al respecto y el visionado del filme, francamente, me parece que no hay demasiado que comentar.
Estamos hablando de un vehículo de mero entretenimiento, de pura diversión al servicio de un público poco o nada exigente. Al fin y al cabo, ¿a qué va la mayoría de la gente al cine? ¿A meditar sobre la insoportable levedad del ser, de la coyuntura problemática de una familia que filosofa acerca de los secretos más recónditos de la vida y el alma, o meramente a evadirse de la realidad y a divertirse un rato?
En suma, esto es lo que es la película: un instrumento del que se sirve Tim Burton para hacernos pasar un rato entretenido, con pinceladas de sátira contra el pueblo americano (y, en muy menor medida, el francés) que saltan a la vista a poco que se mira la pantalla grande.
¿Y qué más da si nosotros, pobres españoles, no podemos entender algunos puntazos propios de la sociedad americana, como la alusión de Glenn Close a la lámpara de una anterior Primera Dama? Si con el resto del visionado de una pandilla de enanos verdes cabezones con muy mala leche, gamberros por antonomasia y obsesivos por la conquista de la Tierra nos divertimos, ¿qué más necesitamos?
La película en sí tiene buenos efectos especiales, y los golpes de humor son muy clásicos, reforzando esa idea de que al cine uno va a divertirse, a entretenerse. Como ejemplo, la imagen de los malvados marcianos persiguiendo y desintegrando a todo el mundo bajo el lema: "No huyan, somos sus amigos".
De los actores se puede decir cualquier cosa menos que han actuado con propiedad: un Nicholson neurótico en dos papeles que borda, un Michael J. Fox que, por fortuna, desaparece pronto, o un Pierce Brosnan en un papel que le cae como anillo al dedo, son meras muestras de unas actuaciones que se limitan, básicamente, a dejar correr a los personajes.
La conclusión es obvia: aunque no puedo decir que me ha entusiasmado, si puedo recomendar a todo aquel que quiera pasar un buen rato que vaya a verla. Lo más delirante es la manera de acabar con la invasión, aunque la aparición de Tom Jones tampoco está nada mal: Blancajones y los Siete Animalitos. El que la haya visto lo entenderá, y el que no... bueno, que vaya a verla.

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