sábado, 27 de agosto de 2016

STAR TREK: MÁS ALLÁ



STAR TREK: MÁS ALLÁ

José Francisco Sastre García

            Mentiría si dijera que Star Trek: Más Allá no me ha gustado: una película con una gran inversión por detrás, con una enormidad de efectos especiales muy logrados, un argumento no demasiado original pero sí efectista… Y la mano de J. J. Abrams por detrás, detalle importante que se nota a la hora de disfrutar de este film.
            Porque la historia, en el fondo, no es mala, aunque para ser sinceros se desarrolla de una manera en la que por momentos me rechinan las cosas de una manera escandalosa.
            Veamos: el juego de la trampa y el traidor es tradicional, desde el momento en que vi al personaje supe que iba a dar el juego habitual, pero bueno, es un esquema y un recurso que sirven bien a la hora de estructurar una narración con golpes de efecto y un ritmo muy rápido y trepidante.
            Por otra parte, asistimos a una nueva precuela al origen de la saga, con los personajes de toda la vida, liados en aventuras sin cuento a través del espacio, cosa que en cierta medida chocaría, precisamente, con el origen de Star Trek: la Federación ya está formada, es un futuro muy lejano, pero, ¿lo suficiente como para haber fundado una monstruosidad como Yorktown, una especie de cuasiplaneta espacial? ¿Se ve algo así en el origen de la serie?
            Si a eso le añadimos que lo más normal es que las reliquias estén en un museo y no a la vista de todo el mundo en una nave estelar, digamos que ver una moto en un U.S.S., y que luego nuestro querido capitán Kirk la utilice al estilo Steve McQueen en La Gran Evasión o el Capitán América en la primera película que se hizo no hace demasiado tiempo sobre este personaje… Sí, es cierto que el motorista la goza como un enano, dándole gas, haciéndola rugir al más puro estilo clásico, soltando un humo que se solidifica según entra en contacto con el aire, pero… Rechina, al menos a mí, me hace pensar que tenían ganas de hacer un guiño a ese tipo de películas y no sabían cómo.
            Podemos hablar también de los villanos: un tipo que se queda solo en un planeta abandonado por una civilización que ha descubierto la forma de alargar la vida, ¿y de repente posee un ejército incalculable de soldados y naves que se comportan como un enjambre y son letales? ¿Tantos recursos dispone el planeta como para generar semejante despliegue y, tal vez, tantos robots? Porque a los soldados, excepto a uno, no se les ve en ningún momento el rostro, va cerrado con unos cascos que bien podrían ser meras carcasas llenas de circuitos y sistemas robotizados…
            Y ésa es otra: ¿cómo acabamos con un enjambre? Parece que también queramos hacer un guiño a otras películas como Mars Attacks, ya que hablamos de una frecuencia sonora que, a corta distancia, desestabiliza los sistemas del enjambre y los hace estallar en un alarde pirotécnico, en una marea de fuego por demás sorprendente. Casi hubiera entendido más que se descontrolaran y chocaran entre sí, que dejaran de actuar como grupo y lo hicieran por separado, para ser presa más fácil de los sistemas defensivos… Y todo gracias al rock’n roll.
            ¡Por Dios, qué buena suerte tienen siempre los protagonistas, jajaja! Se quedan varados en un planeta desconocido, sin posibilidad alguna de reparar el Enterprise, y resulta que no tienen necesidad de asaltar la guarida de los villanos para robar una nave y largarse, hay otra del mismo tipo que el propio Enterprise, íntegra y preparada para despegar con los retoques mínimos, y encima con una capacidad asombrosa, a pesar de su enorme tamaño, para realizar la misma maniobra que un caza cuando se lanza en barrena y levanta el morro a escasos metros del suelo…
            Para mi gusto, el punto más fuerte de esta película son los diálogos trufados de una ironía fina, la relación mordaz entre Spok y el médico, Spok y Kirk o la alienígena y Scotty… También le doy como acierto el comienzo, una secuencia completamente engañosa que acaba resultando sorprendente y socarrona.
            En suma, creo que Star Trek: Más Allá es una película más de la serie, desde luego me temo que sin mayor trascendencia que la de mostrar a los personajes principales cuando estaban en sus comienzos, entretenida, con buenos momentos pero sin pedirle demasiado más. El consejo es verla y disfrutar de la espectacularidad, sin complejos…
           

5 comentarios:

  1. La veré de todos modos porque tengo muy abandonado el mundo de Star Trek desde que veía la serie de cría. Gracias por tu opinión. Me acordaré de ti cuando la vea ;)

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  2. Sólo es mi opinión, seguramente habrá quien piense de manera distinta. En cualquier caso, la película se ve con agrado a pesar de los detalles que me rechinan... Un saludo, Laura.

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  3. Estas películas siempre tienen algunas cosas que rechinan .

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  4. Estas películas siempre tienen algunas cosas que rechinan .

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  5. Jajaja... Creo que no hay ninguna película, de ningún tipo, que no tenga algún detalle absurdo, Manoly: siempre hay algo que se escapa al guionista o al director, y que los frikis del cine se encargan (o nos encargamos) de que vean la luz... Lo mejor es disfrutar de la película si nos llama la atención. Saludos, Manoly.

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