sábado, 7 de mayo de 2016

JOSÉ L. LOSADA








JOSÉ l. LOSADA

José Francisco Sastre García

            Bienvenidos a esta sección en la que doy rienda suelta a mis opiniones acerca de diversos escritores que voy conociendo a medida que me muevo por las redes.
            Hoy toca hablar de un autor que, aunque aún no ha salido a la palestra de las publicaciones, situación que se va a solucionar a no tardar demasiado tiempo, es alguien a tener en cuenta.
            Centrado sobre todo en los relatos de terror, su estilo se deriva hacia una vertiente más psicológica, tocando con un buen nivel las emociones y sentimientos emanados de las problemáticas surgidas de los traumas, las frustraciones, las patologías que comportan la naturaleza de la mente humana.
            Con una escritura directa, cuidada, juega muy bien con los claroscuros del alma, ofreciendo una fluidez y una calidad bastante altas. Sus personajes distan mucho de ser planos o tópicos, aunque en ocasiones puedan parecerlo, mostrándonos unos perfiles muy reales y consistentes.
            Con José L. Losada nos adentramos en un mundo en el que el miedo no sólo se agazapa en lugares comunes, como cementerios o casas encantadas, sino también en lo más profundo de la psique de los protagonistas, que han de decidir una y otra vez si luchan contra sus temores o se dejan vencer por ellos. Si bien puede etiquetarse como gótico en su literatura, se encuentra un paso más allá, ofreciendo una mezcla que le confiere una cierta originalidad que lo dota de una interesante atracción.
            En suma, con Losada vemos a un autor más que recomendable, del cual pueden saber más cosas entrando en su blog:

  

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias, José. Gracias por contarle al mundo mi sueño, que por fin está materializándose, y lo que pueden encontrar con mis historias. Muchísimas gracias. Un abrazo

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    1. Buenas tardes, José. No tienes nada que agradecer, luchas por tu sueño y como tal recibes la recompensa adecuada a tus esfuerzos. Vívelo siempre a tope, y nunca dejes de soñar.

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