sábado, 21 de mayo de 2016

CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR









CAPITÁN AMÉRICA: CIVIL WAR

José Francisco Sastre García

     Que nadie se llame a engaño: aunque me gustan ciertos personajes de los cómics de Marvel, no soy ni un mitómano de superhéroes ni tampoco me llaman demasiado la atención este tipo de películas, máxime teniendo en cuenta la tendencia actual en el cine comercial y de acción.
     He ido a ver esta película sin haber visto las dos previas, así que algunos detalles me han pillado de sorpresa, unos para bien, y otros para no tan bien.
    Veamos: para ser sinceros, he visto lo que esperaba ver: una sucesión de escenas de peleas espectaculares, explosiones, hazañas imposibles… Algo perfectamente natural en un film de estas características.
       A mi juicio es una película sin demasiadas aspiraciones, un vehículo de entretenimiento sin más (cosa de agradecer, por otra parte, en un momento de crispación como el que vivimos), acción a raudales, que busca sacar tajada del tirón que tuvieron las dos primeras, prolongando las situaciones, buscando la manera de ir enlazando para continuar con las aventuras de unos superhéroes que pretenden situar como más humanos, con sus luces y sombras.
        Todo gira en torno a la diferencia de ideas entre Steve Rogers, el Capitán América, y Tony Stark, Iron Man, y las desavenencias que surgen ante el planteamiento de la exigencia de responsabilidades tras los sucesivos enfrentamientos con las fuerzas de archivillanos, que siempre dejan detrás una amplia estela de caos, destrucción y muertes de civiles inocentes.
       La consecuencia es un choque inevitable entre superhéroes, en el que cada cual se decanta por un bando u otro, todo ello provocado por incidentes narrados en anteriores películas y un atentado terrorista aparentemente provocado por un antiguo conocido del Capitán América, su primer compañero Bucky, que ha sufrido un severo lavado de cerebro acompañado de unas complejas órdenes posthipnóticas que lo convierten en una máquina de matar implacable e imparable.
       Como ya digo, todo esto no tiene una trascendencia excesiva, salvo la del ocio puro y duro, excepto por el trasfondo de la polémica que se plantea: los superhéroes, ¿pueden ser definidos como tales, o en realidad no son más que meros justicieros que se toman la justicia por su mano saltándose la ley? ¿No deberían estar sujetos a control por un órgano que sepa en todo momento qué están haciendo y por qué, e incluso decidir en qué situaciones pueden intervenir y en cuáles no? Por supuesto, este control se llevaría desde las altas esferas políticas, ¡cómo no! Este tema, en el fondo, no deja de tener un aspecto sugerente que incita a un debate de interés.
        Hay determinadas cosas que me han llamado la atención:


  • ·      El aspecto de Wanda, la Bruja Escarlata, muy lejos de la imagen de los cómics de Marvel, aunque sí mantiene esa idea entre inocente y de remordimiento, de amargura.

  • ·      Los poderes de la Visión proceden, por lo que dice él mismo, de una Piedra de Poder asgardiana, arrebatada a Loki.

  • ·    Los diálogos han huido de la pomposidad inherente a este tipo de historias, buscando algo un poco más irónico, descargando tensión, jugando entre la seriedad de Steve Rogers y el ego socarrón de Tony Stark, sin mencionar la actitud de Ojo de Halcón.

  • ·     La introducción de Spiderman me resulta un tanto… fuera de contexto, aunque no deja de agradecerse hasta cierto punto, ya que es otro de los personajes que le dan un toque más ligero a una narración cargada de tensión.


         En resumen, creo que puedo decir que se trata de una película para pasar el rato en la que, al final, vuelven de nuevo a dejar la puerta abierta de par en par para regresar con una nueva entrega en la que resolver las diferencias que se han generado en ésta. Lo que es en este momento evidente es que los Vengadores ya no son tales, sino dos grupos netamente diferenciados. 
         Mi sugerencia para ver esta cinta es ir sin prejuicio alguno, olvidándonos de que estamos ante el universo Marvel, porque lo mismo algún marvelita podría llevarse las manos a la cabeza pensando que se han hecho auténticas atrocidades con los argumentos de los cómics…

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