CLIVE
CUSSLER
Jose
Francisco Sastre García
Hablamos en esta ocasión de un escritor
poco habitual: siguiendo los pasos de Jean Ray, nos hallamos ante un
estadounidense tan aventurero como el narrador anteriormente citado: buscador
de minas legendarias y barcos hundidos, ha encontrado unos cuantos de éstos
últimos de inestimable valor histórico. Es además un gran coleccionista de
coches antiguos, entre los que parece ser tiene en gran estima un Talbot-Lago.
De su obra literaria, que es la que nos
ocupa en este caso, podemos decir que se centra en la figura de un personaje
cuando menos atípico: Dirk Pitt. Aunque también ha escrito relatos acerca de
las vicisitudes de sus descubrimientos históricos. Pero lo que más nos interesa
es que el personaje anteriormente citado, Dirk Pitt, se convierte en un
paradigma de la novela de aventuras.
Ante todo, esta figura no es más que un
fiel reflejo del autor: aventurero, buceador, buscador de tesoros de todo tipo,
coleccionista de coches antiguos y, en ocasiones, de otros aparatos igualmente
viejos... En cierto modo, sus lecturas nos recuerdan a una mezcla por demás
sorprendente de Capitán Trueno, Punisher y el Tío Sam.
El tipo de narración de este ciclo se
encuadra en un apartado que podríamos denominar, por ejemplo, ficción política:
el factor común que reúne a todos los relatos, además de sus principales
protagonistas, es incesante juego del tira y afloja entre las naciones y los
grupos de poder; entre medias, nadando entre dos aguas para capear como
buenamente puede los temporales, se halla Dirk Pitt.
En la génesis de estas novelas Cussler
introduce, cruzados con la ficción, elementos verídicos de una manera muy
hábil, retorciendo las situaciones hasta el punto de, en algunas ocasiones,
crear la duda sobre algunos datos aportados; y es que, ante todo, el panorama
político esbozado por este escritor resulta en muchas ocasiones sumamente
creíble, o al menos tremendamente coherente con el mundo real.
A su vez, Dirk Pitt asume en ocasiones
el papel de Indiana Jones, embarcándose en descubrimientos de importantes joyas
arqueológicas perdidas tras un interminable rosario de aventuras. Solitario
empedernido a pesar de llevar siempre una sombra tras él, un coprotagonista que
representa perfectamente el papel de comparsa en la obra bajo la figura de su
mejor amigo, en su obra, como en toda aventura que se precie, no pueden faltar
las mujeres.
Aquí es seguramente donde algunos que
hayan leído sus obras le acusarán de machista y patriotero barato. No les falta
razón, desde luego, pero tampoco la tienen por completo: en cuanto al
patrioterismo, hay que reconocer que, aunque Cussler procura mantener un tono
neutro y dar primacía a la aventura, a veces se le va la olla y agita al aire
las barras y estrellas, con el proverbial gesto de los "salvadores del
mundo" yankees y una musiquilla nacional de fondo; y en cuanto al
machismo, bueno... Con su carácter solitario, a Pitt no le importa tanto
seducir a una mujer como disfrutar de una buena compañía.
El ritmo de estas novelas es ágil, a
veces frenético, y su estilo es impactante y altamente adictivo. Prima sobre
todo la aventura, como ya hemos mencionado, con una buena coherencia interna y
sin demasiadas florituras literarias.
En suma, nos encontramos ante unas
narraciones que puede merecer la pena leer, aunque, como todos sabemos, sobre
gustos no hay nada escrito. Por si acaso alguien quiere probar, diré que la
serie de Dirk Pitt se publicó primero, no completa, en la editorial Vidorama;
posteriormente, Plaza & Janés tomó el relevo y lanzó una edición íntegra en
su colección Jet y en Best Sellers. Los títulos de la serie son: El Triángulo del Pacífico, Peligro en el Mediterráneo, Rescaten el Titanic, Vixen 03, Incursión Nocturna, Pánico en
la Casa Blanca, Cyclops, Iceberg, El Tesoro de Alejandría, Dragón,
Sáhara, El Oro de los Incas, y Amenaza
bajo el mar. Pero éstos son sólo los primeros, la punta del iceberg de su
extensa producción literaria: no conforme con su creación de Dirk Pitt, ha dado
vida a otro personaje que no es más que un remedio del protagonista principal,
Kurt Austin, a un matrimonio que adquiere preponderancia tras aparecer en
alguna de las aventuras de Pitt, los Fargo; y a un equipo trabaja de forma
paralela a la CIA, en una organización conocida como la Corporación, operando
bajo las órdenes del capitán Juan Cabrillo desde su base de operaciones, un
camuflado supernavío llamado Oregón…
¿Qué más se puede pedir? Habrá quien
diga que se vuelve muy repetitivo, y no le falta razón: las historias más
frescas, más deliciosas, son las primeras, luego comienza a cansar un poco,
aunque hay entre las últimas novelas que resultan tan adictivas como cualquiera
de las ya mencionadas…
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