Dale que te pego.- De nuevo, tomo la pluma
(que dicen que es más fuerte que la espada, aunque lo dudo) para poner al mundo
en guardia contra el complot que el Círculo de Lhork tiene planeado. En estos
momentos, auténticas riadas de información sobre la estrategia que esta odiosa
sociedad tiene montada, así como sobre los insignes personajes que cayeron
como... (Bueno, suprimamos los insultos. Hay que ser profesionales, ¿no?) en semejante
lugar y con semejante tribu.
A continuación, pasaré a detallar la última relación
de estos... (Lo siento, no puedo evitarlo: se me escapa la mano) históricos
que se metieron en un fregado semejante.
Ricardo Corazón de Lhork. Contra todo lo que pueda
parecer, organizó su cruzada no para liberar Tierra Santa de los sarracenos,
ni para zurrarse con Saladino, al que, según fuentes fidedignas, tenía gran
aprecio; en realidad, había recibido un chivatazo acerca de la situación del
legendario Cetro de Trados: ni más ni menos que en el antiguo emplazamiento del
Templo de Salhorkmon. Como el sultán musulmán había recibido el mismo soplo,
fue a su vez a buscarlo, lo que provocó un desagradable encuentro entre ambos,
que salieron escaldados y trasquilados, ya que el dichoso trasto no estaba en
realidad allí.
James Lhork, más conocido como 007. Famoso espía
británico, en lucha permanente contra el imperio de los supervillanos, entró a
formar parte del Círculo a consecuencia de una estúpida apuesta con el doctor
No, con el que no se llevaba mal más que frente a las cámaras; una vez a
solas, se iban de copas hasta las tantas de la madrugada, volviendo a sus casas
en un lamentable estado que se deterioraba aún más cuando les descubrían sus
airadas esposas.
Lhorknardo da Vinci. Uno de los hombres más geniales
de la Historia ,
con más inventiva y más sagacidad... Cuántas tonterías hay que oír hoy en día:
ni era tan listo, ni tan genial, sino medio bobo. El famoso cuadro, la Gioconda , iba a ser, en
principio, un retrato de Lucrecia Lhorkia, una integrante del Círculo de armas
tomar; pero como el "pintor" demostró ser un auténtico negado, la
misma Lucrecia hubo de hacerse su propio autorretrato. Todos sus inventos
parten de planos e ideas más antiguas, que encontró desparramadas por todas las
habitaciones del centro principal del Círculo, y de las que se apropió por todo
el morro.
Alhorkandro
Magno, el gran conquistador. Parece ser que ya de joven era bastante díscolo y
gamberro, provocando continuos altercados entre los miembros del Círculo. Al
final su padre, Filipo de Macedonia, terminó por mandarle a freir monas, lo que
hizo que el joven, tan alocado como su nombre parece indicar, se mosqueara y se
fuera, precisamente, a buscar alguna "mona". Reunió un gran ejército
y partió en busca de ni se sabe qué, apropiándose de todo el territorio que
recorría; en consecuencia, su imperio se extendio hasta la India , donde encontró no
sólo "monas", sino también elefantes, que le curraron de lo lindo. A
causa de esta debacle, y del hecho de que para mantener contentos a sus hombres
les permitía generosamente emborracharse con vino de LhorkRioja, le pasó lo que
le pasó.
Los Cuatro Jinetes del Alhorkalipsis, a saber: el
Hambre, la Guerra ,
la Peste y la Muerte. ¿Quieren saber por
qué se quedaron así? Bien, uno de ellos era un joven fornido que hizo una
huelga de hambre cuando el Círculo determinó no publicar ninguno más de sus
estúpidos artículos; otro de ellos era uno que discutió con el fundador de la
sociedad por diferencias de opinión acerca del tono de los relatos que habían
de ser publicados, y montó en cólera; otra era una mujer a la que, aunque
intentaron por todos los medios echar del Círculo (Olía tan mal, que cuando le
publicaban un artículo todo el fanzine iba directo al vertedero más cercano),
no lo consiguieron; y el último, pero no menos importante, era un hombre ya
hecho y derecho, del cual no se conocía su edad, y que siempre escribía
artículos y relatos con un tono tan marcadamente morboso y macabro que la gente
del Círculo prefería sentarse lo más lejos posible de él (Igual que de los
otros tres, por cierto).
Apolhork, el legendario dios griego del Sol. Mancebo
tan apuesto era él, tan narciso como el dios del mismo nombre, que cuando Zeus
le dio el tercer aviso, se mosqueó y se largó a nadie sabe dónde. Hasta el
momento, ni siquiera Lobatón ha conseguido encontrarle.
Jose Francisco Sastre García
Nota de la redacción: es para nosotros un penoso deber comunicar a los
lectores que nuestro articulista, el sr. Sastre, parece haberse unido a las
legiones de aquellos a los que vilipendiaba desde sus artículos. Al parecer,
escapó del psiquiátrico en el que había sido internado cavando con una cuchara
un túnel de cincuenta kilómetros. Escarmentado, escribió éste su póstumo
trabajo en algún lugar desconocido, aunque no pudo resistir la tentación de
acercarse al edificio de la redacción a sacarlo por una impresora matricial,
que fue lo que le perdió: el guardián volvió a pillarle, y esta vez, nuestro
articulista se le enfrentó ferozmente según la descripción del guardia. Sacó de
sus bolsillos un par de donuts y trató de sobornarlo para que le dejara
escapar, mas nuestro hombre, incorruptible como el que más, se los arrebató y
se los comió sin más miramientos. A causa de tal acción, del fondo de su
gabardina, el sr. Sastre extrajo un paquete que contenía una docena de
bizcochos de soletilla y un termo con chocolatillo caliente, que ofreció al
guardián tratando de comprarlo de nuevo; casi lo consiguió, pero, por suerte,
se había puesto a régimen unos días antes, así que el periodista se enojó
tremendamente y se lanzó sobre el vigilante. Por suerte (perdón, desgracia),
rebotó en la gran barriga nuestro heroico hombre y salió despedido por la
ventana en el momento en que pasaba, por allí, el camión de la basura. A
instancias nuestras, se han registrado todos los vertederos de los alrededores
en busca de su cuerpo, no encontrando más que un rastro hediondo que termina en
las alcantarillas. Descanse en paz el sr. Sastre (¡Ya era hora...)
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