EL
PUEBLO PICTO: UNA EVOLUCION DEGENERATIVA
Jose Francisco Sastre García
Ante todo,
quisiera expresar mi agradecimiento a Manuel Barrero por su inestimable colaboración
para la consecución de este artículo. De no haber sido así, no habría podido aportar
algunos datos importantes.
Robert
Erwin Howard sintió una atracción especial por el pueblo picto. Podemos leer en
una introducción suya a la saga de Bran Mak Morn, en el libro GUSANOS DE LA TIERRA
(1) lo siguiente:
“Lo
extraño es mi incansable interés por ellos. [...] Siempre he sentido un extraño
interés en el término y en el pueblo, y en aquel momento me ensimismé
estudiándolos”.
Debido a
este interés, Howard creó un pueblo que, partiendo de las brumas de la leyenda,
entroncaría con los pictos históricos que se enfrentarían a Roma. Pero antes de
ver cuál fue el origen y la evolución de esta raza según el autor tejano,
sepamos un poco más del pueblo que conocemos por la arqueología. En un
diccionario enciclopédico (2) nos tropezamos con la siguiente descripción:
“Antiguo
pueblo de Escocia. Los pictos, cuyo origen es incierto (No se ha podido establecer
si eran o no de raíz céltica) amenazaron constantemente la provincia romana de
Bretaña. Contra ellos y sus vecinos los escotos, fueron levantadas las murallas
de Adriano y de Septimio Severo. Su nombre proviene probablemente de la
costumbre que tenían de tatuarse el cuerpo. Unificados en el siglo VIII, con Agnus
MacFergus, los pictos fueron sometidos a los escotos por Kenneth MacAlpin hacia
el año 846”.
En lo que
respecta a su indumentaria, encontramos en otra enciclopedia (3) una pequeña
descripción de cómo vestían:
“Vio
"mallas oscuras" y "una especie de guardapolvo con cuello
alto". Al final de las túnicas había una especie de anilla. El sombrero
parecía una gorra enrollada y aplanada, "ideal para llevar c osas
encima"”.
Howard
dejó una serie de apuntes sobre este pueblo, en los que enfocaba el tema de los
pictos de una manera un tanto confusa, que se presta principalmente a dos interpretaciones:
Moncho
Cordero, en un artículo aparecido en LA ESPADA SALVAJE DE CONAN,
1ª edición , nº 16, aventura, con bastante coherencia, que los pictos serían
descendientes de los atlantes que se asentarían en la región occidental del
continente hybóreo, que han sufrido un tremendo
retroceso cultural y cuya magia principalmente se basa en la adoración de las serpientes;
más adelante, tras los nuevos cataclismos, este pueblo retrocedería aún más en
la escala evolutiva y se convertirían en una raza subterránea, pequeña y con
ciertos rasgos ofídicos: serían los que llegarían a ser conocidos como los
Hijos de la Noche.
Fred
Blosser, en su artículo WHEN LITTLE PEOPLE STRIKES, apoya la posibilidad de que las leyendas
célticas denominan duendes a los pictos. En este caso, Howard impone una cierta
variación, manifestando que los Hijos de la Noche serían aborígenes de las islas británicas
anteriores a la llegada del Homo Sapiens, como restos de una cultura de tipo píctico.
Quizás la
mejor manera de deslindar una hipótesis intermedia sea realizar una hipotética
historia evolutiva de la raza picta, buscando un punto en el que se pueda establecer
una cierta identidad étnica entre los llamados Hijos de la Noche y los pictos
propiamente dichos. Veamos cuál podría ser esta evolución.
En
principio, parece ser que los pictos surgen, antes del Cataclismo que sumergió Atlantis
y acabó con los Siete Imperios de la era Thuria, de unas islas en el Occidente,
más allá de Atlantis, y que se pueden identificar con bastante facilidad como
las Antillas o, más bien, como las cimas de los Apalaches (4). Se trata de un
pueblo bárbaro, con una cultura que podría calificarse como neolítica avanzada,
de cuerpo recio y piel morena (5). Esta raza enviará desde sus tierras
aborígenes gentes hacia el continente thurio, que trabajarán como mercenarios
principalmente para Valusia.
Cuando
tiene lugar el gran cataclismo, todo se viene abajo. Con el paso del tiempo, los
pictos retroceden a un estado de Paleolítico Inferior, estado en el que se
estancan debido a sus continuas guerras con los atlantes sobrevivientes, tan
sólo un poco más avanzados que ellos: son los tiempos del imperio aqueronio. Un
nuevo cataclismo de menor intensidad los hace retroceder a la categoría de
meros hombres-mono.
Estamos ya
en el momento en que aparece la era hybórea. El pueblo picto avanza un poco en
la escala evolutiva, pero se queda estancado en una cultura paleolítica, al
igual que en los tiempos aqueronios. Las demás culturas, en especial la
atlante, los han arrinconado en el extremo occidental del continente. En este
momento, su religión es una mezcla de fetichismo y animismo; no adoran en
general a todos los ofidios, sino tan sólo a aquellas criaturas que por sus
características les inspiran algún temor: la Serpiente Fantasma,
a la que más tarde conocerían como Satha, o los grandes tigres de dientes de
sable (Thylacosmilus, de 1,80
m. de largo) (6).
A lo largo
de este período, se benefician de sus contactos con culturas más avanzadas y
avanzan un poco, aunque se aferran a su vieja cultura con fuerza. Entran en el
período Neolítico de nuevo.
Una vez
más, una gran conmoción geológica asola el continente y aparece la configuración
geográfica actual. Los pictos retroceden de nuevo a la Edad de Piedra, y son arrinconados
en las islas británicas, recién formadas, y casi exterminados (7). Es posible
que haya sido en este momento cuando se haya producido una ruptura dentro de la
misma raza: por una parte, una rama desembocaría en la raza histórica. Por
otra, un grupo abandonaría las costumbres de su pueblo y abrazaría la religión
de la serpiente. Habitarían bajo tierra, y adorarían, entre otros oscuros
dioses, a Dagón y a un objeto, la Piedra Negra. Su motivo: el odio hacia la especie
humana q ue les arrincona hasta la desaparición.
Ha llegado
el momento de la era actual. Las nuevas razas de las islas británicas son sometidas
por Roma, y tanto aquéllas como ésta persiguen a muerte a una raza que fue orgullosa.
Surge entre los pictos un gran jefe, Bran Mak Morn, pero no consigue sacar a su
pueblo del agujero en el que se encuentra y son batidos una y otra vez hasta
que terminan por unirse a los escotos en el siglo IX y desaparecen como raza
(8). Los últimos restos los forman los Hijos de la Noche, que ya sólo
sobreviven en la Caverna
de Dagón y cuyo último vástago sobrevivirá hasta el siglo XX. Su aspecto es
ahora realmente espantoso: proceden de seres humanos, pero casi no se les puede
calificar de tales: alrededor de metro y medio de altura, enjutos y deformes,
gran cabeza, aspecto ofídico,...(9). Estas criaturas darán lugar a las leyendas
célticas sobre el Pueblo Pequeño, y a su odio hacia la raza humana. Arthur
Machen recogerá estas leyendas (10), igual que John Buchan (11), las cuales
repercutirán en Robert Howard a la hora de elaborar sus datos sobre el pueblo
picto.
Mientras
tanto, en el Oeste más lejano, en lo que llegará a ser Norteamérica, la raza ha
sufrido una evolución similar: es muy posible que, tras una escisión, la rama
principal haya dado lugar a los diferentes grupos indios que pueblan las llanuras
americanas, mientras que otro grupo, adorador de la serpiente que representa a
los primitivos habitantes de la era Thuria, los hombres-serpiente, se haya
apartado del grupo principal y se haya escondido bajo tierra (12).
Llegados a
este punto, podemos hacer una cierta comparación entre los pictos históricos de
Howard y los que realmente existieron: el escritor tejano los muestra bestiales,
casi desnudos, sin otra ansia que la de matar y morir; sin embargo, como hemos
podido leer al principio de este artículo, tienen una cierta cultura superior.
Pero, al
fin y al cabo, a un escritor se le pueden conceder ciertas licencias.
NOTAS
- Publicado en la Editorial Martínez Roca, colección Fantasy, nº 14.
- FOCUS, edición de 1972.
- LO INEXPLICADO, volumen 7, página 1426.
- Extraído del artículo sobre la era hybórea, de Robert Howard, publicado en la novela nº 1 de Fórum: CONAN.
- En el relato EL REINO DE LAS SOMBRAS, publicado en el libro del mismo título, dentro de la editorial Obelisco, colección Fantástica, podemos leer una ligera descripción de Brule, el lancero picto.
- En el relato MÁS ALLÁ DEL RÍO NEGRO, publicado en el libro de Fórum nº 7, CONAN EL GUERRERO, vemos una aproximación a la religión picta.
- Estos datos se basan en la segunda parte de la era hybórea de Robert Howard, publicada en el libro CONAN EL VENGADOR, nº 10 de Fórum.
- Los relatos sobre Bran Mak Morn se encuentran en el libro GUSANOS DE LA TIERRA, cuyos datos editoriales se encuentran en la nota 1.
- Una buena descripción de los Hijos de la Noche, de la cual he extraído estos datos, se encuentra en el relato EL PUEBLO DE LA OSCURIDAD, publicado en el libro EL VALLE DEL GUSANO, dentro de la editorial Martínez Roca, colección Fantasy, nº 9.
- Arthur Machen fue un gran estudioso del folklore céltico de las islas británicas. A este respecto, encontramos un Pequeño Pueblo muy notable en relatos como LA NOVELA DEL SELLO NEGRO, LA PIRÁMIDE DE FUEGO o EL PUEBLO BLANCO, todos ellos publicados, junto con algunos relatos más sobre el tema, en la editorial Siruela, unos en el nº 13 de la colección La Biblioteca de Babel y otros en el nº 4 de la colección El Ojo sin Párpado.
- El relato más notorio en este tema de John Buchan es NO MAN'S LAND, aunque no debemos descartar otras obras como THE DANCING FLOOR o THE WITCH WOOD.
- Robert Howard alude a este tema en dos relatos: THE SECRET OF THE LOST VALLEY y THE DWELLERS UNDER THE TOMBS.
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