BILLY
EL NIÑO
SANGRE
Y PLOMO
José
Francisco Sastre García
El Far West (Lejano Oeste para el mundo hispanoparlante) se convirtió,
por obra y gracia de una sociedad ávida de poseer una historia de la que
carecía, en un germen de leyendas y mitos que engrandecieron a personajes que,
en algunos casos, no debieran haber merecido apenas unas líneas en ningún libro
de historia. Así, la Guerra de la Independencia del yugo inglés y la de
Secesión, que enfrentó al Norte y al Sur, a federales y a confederados, fueron
los sangrientos hechos que gestaron el germen de lo que sería este concepto del
que acabamos de hablar: la expansión y conquista de los trece estados hacia el
Oeste y el Sur, daría lugar a ideas como la de los exploradores, cuyos máximos
exponentes serían Buffalo Bill o Daniel Boone; a los grandes soldados como
Custer, Sherman, Grant o Lee; a los esforzados patriotas como Travis o Davy
Crockett; representantes de la justicia como Wyatt Earp; por no mencionar a
indios como los irreductibles Gerónimo, Caballo Loco o Toro Sentado…
Sin embargo, a pesar de todas estas
figuras que la publicidad, más que el tiempo, engrandeció, las que más
destacan, con diferencia, son los sanguinarios bandidos que abonaron con sangre
propia y ajena aquellos territorios, durante una época en que la única ley era
no tanto la del más fuerte como la del más rápido con las armas: personajes
como los hermanos James (Frank y Jesse), los hermanos Dalton (reales a pesar de
ser perseguidos en la ficción animada por el inefable Lucky Luke), Butch
Cassidy y Sundance Kid, “Doc” Hollyday (amigo de Wyatt Earp y participante con
él en el mítico duelo en OK Corral)…
Y el que vamos a tratar en este
artículo, un muchacho que se ganó una sanguinaria fama y murió joven, a los 21
años: Billy el Niño. Conozcámoslo un poco mejor…
El personaje
La versión más aceptada, puesto que
hay dudas acerca de su verdadero nombre ya que usó varios alias a lo largo de
su vida (Kid Antrim, Henry Antrim o Henry McCarthy), es que se llamó William H. Bonney, y que nació un 23 de noviembre de 1859. No está
claro que éste fuera el año de su nacimiento, el propio Pat Garrett (de quién hablaremos más adelante con mayor profusión)
o Ash Upton, que ejercieron como biógrafos de Billy, sugieren 1860 ó 1861. Su
familia materna era de origen irlandés. Se especula con que naciera en Nueva
York, pero es una pista para la que no se dispone de pruebas fehacientes. Su
padre era William Henry McCarthy, y su madre Catherine (o, según otras
versiones, Mary McCarthy); lo único que se sabe de este hombre era que se
dedicaba a conducir carros de cerveza por Manhattan. Por su parte, Billy tenía
un hermano (o hermanastro) menor llamado Joseph.
En sus primeros años le tocó vivir
la Guerra de Secesión que enfrentó al Norte contra el Sur en una serie de
batallas que desangraron el incipiente país y abocaron a una sociedad que se
había empobrecido notablemente a buscarse la vida dirigiéndose hacia el Oeste;
en esas condiciones, en 1870 toda la familia se dirigió a Kansas, a Wichita,
donde montó una lavandería; al mismo tiempo, abrió su casa como un albergue
para huéspedes. Otras versiones dicen que su destino fue Coffeyville, también en
Kansas (La distancia entre ambas es de poco más de 100 km.).
Al poco tiempo de este traslado, la
mujer enviudaba: su marido moría de una pulmonía. Pero aquel estado no le duró
demasiado: en 1873 mantendría una relación con William Henry Harrison Antrim.
La mala fortuna comenzó a cebarse
con la familia: a la madre de Billy se le diagnosticó tuberculosis, lo que llevaría
a que salieran de nuevo a los caminos y viajaran hasta Silver City, en Nuevo
México, donde la pareja acabó por casarse.
El señor Antrim, a tenor de los
investigadores, no debía ser lo que se dice un trabajador nato, al menos en lo
relativo a las pertenencias familiares: se dedicaba a la búsqueda de oro, a las
apuestas, y le gustaba emborracharse, tareas que lo llevaban fuera de casa
demasiado a menudo. Esto supuso que Catherine hubo de trabajar muy duro para
poder sacar adelante su vida y la de sus hijos. Por entonces Billy era un chico
despierto y al mismo tiempo pendenciero, con muchos amigos entre la comunidad
hispana, entre los que se había hecho respetar. Le encantaban la música y la
cultura hispanas. Hay una anécdota sobre esta época en la que se cuenta que fue
cuando cometió su primer asesinato, pero no está nada claro: según parece,
cuando un tipo se atrevió a piropear a su madre y tal vez intentar algo más,
agarró una navaja y lo degolló (o lo apuñaló, según la versión que tomemos).
El matrimonio duró poco tiempo: en
1874, concretamente el 16 de septiembre, la enfermedad se llevó a la mujer a la
tumba, y el marido, dejando de lado a sus hijastros, se largó a Arizona. Por
aquel entonces, nuestro “héroe” contaba entre 12 y 14 años, y la pérdida de su
madre lo marcaría profundamente.
Comenzaban las duras reglas de
supervivencia que marcaba aquella época: un muchacho sin familia, ¿qué podía
hacer? Acogido por la familia Brown, unos vecinos que le permitieron comer y
dormir en el hotel que poseían en Silver City, comenzó por realizar pequeños
trabajos mal pagados y trabajar para sus hospedadores como lavaplatos; ávido
lector de las novelas de aventuras protagonizadas por guerreros y bandidos,
este detalle hizo que comenzara a tomar a éstos últimos como modelos para su
futura vida; fue por entonces cuando comenzó su carrera, con pequeñas
fechorías, robos de poca monta. Al parecer, uno de estos hurtos lo llevaría a
la cárcel, pero sería prontamente puesto en libertad.
Pronto pasó a ser ampliamente conocido
en los salones de la frontera, donde pasó una buena parte de su juventud; en
Silver City, donde en principio residía, conoció a George Schaefer, Sombrero Jack, otro notorio rufián, con
el que comenzó a internarse en los senderos del crimen: una vez más, fue
arrestado, pero fue puesto en libertad en poco tiempo. En abril de 1875 roban
unos quesos, delito por el cual volvió a ser arrestado; aunque la pena fue
breve, se le dejó pronto en libertad. Empecinado en disponer de ropa decente y
un arma para tener un mejor estatus social, en septiembre de ese mismo año
entran en una lavandería china y roba ropa y un revólver, volviendo a ser
detenido y encarcelado: dos días después escaparía de la cárcel arrastrándose
por la chimenea… Pasaba a engrosar la lista de los sin ley que huye de la
justicia y se dedica a trabajar como ganadero en algunos ranchos del Sureste de
Arizona.
En 1876 se encontraba en las
cercanías de fuerte Grant, en el estado de Arizona, donde prosiguió trabajando
en ranchos como vaquero; aquí comenzó a labrarse un nombre como gran jugador de
cartas. Su sombrero mexicano y su habilidad con el revólver no tardarían en
darle notoriedad por todo el país…
No tardaría en asociarse con John R.
Mackie, un escocés que había servido como soldado de caballería, y que a la
sazón era un experto en el robo de caballos del ejército, una actividad que
resultaba tan arriesgada como rentable. Por aquel entonces el joven era
conocido como Kid Antrim, un apodo que le habían puesto los soldados que se
dedicaban a perseguirlo; consiguieron cazarlo en una ocasión, durante una de
las correrías del bandido, pero se fugó al día siguiente y abandonó la zona
durante varios meses, volviendo cuando las aguas se asentaron un poco para
buscar a su amigo Mackie.
La primera víctima oficial que se le
asigna es el herrero de Fuerte Grant: Frank “Windy” Cahill debía ser el típico
matón que se entretenía metiéndose con quienes percibía como más débiles que
él, por lo que al ver a Billy comenzó a acosarlo; cuando el joven se hartó,
respondió a las puyas e injurias con el peor insulto que en aquellos momentos
se le podía lanzar a un hombre, “son of a bitch” (hijo de puta o de perra): no
tardaron en enzarzarse en una pelea, que acabó con los revólveres en la mano.
Bonney disparó primero, alcanzando a su rival en el estómago, una herida grave
que acabaría causando la muerte del herrero al día siguiente. El muchacho se
largó de la zona el mismo día de la riña, procurando evitar la posible venganza
que podrían intentar tomarse los amigos y familiares de Cahill; puesto que
había sido una muerte “legal”, cara a cara, ambos con armas en las manos, se
consideraba a todos los efectos como defensa propia y no le causaba problema
legal alguno.
Billy se instaló en el Condado de
Doña Ana, en Nuevo México, en el Valle de la Mesilla, donde pasó a formar parte
de una de las más famosas bandas de ladrones de ganado y asesinos de la época:
los hombres de Jesse Evans, apodada
“Los Chicos” (The Boys). En estos momentos comienza a usar el apodo por el que
sería más conocido, William H. Bonney.
El movimiento de la banda era
trepidante, no había demasiado descanso: robaban vacas y caballos impunemente
por todo el condado, dedicándose posteriormente a venderlos a cualquier
comerciante que no tuviera demasiados escrúpulos. Pero aquella situación no
podía durar, sus actividades resultaban excesivas y la presión de los
periódicos locales hicieron que por fin interviniera la ley: Los Chicos se
trasladaron al cercano condado de Lincoln.
En el otoño de 1877, la banda se
unió a la facción ganadera que dominaba el valle, la Murphy & Dolan Corporation, perteneciente a una importante
organización de la que formaban parte todo tipo de hombres poderosos, el Anillo
de Santa Fe (Ring of Santa Fe); tras enfermar de cáncer terminal Lawrence G. Murphy, se haría cargo de
ella su socio, James Dolan, con la
intención de crear un monopolio ganadero incontestable en la región. Con los
contactos de la organización, tal empresa resultaba muy factible… Si además
contaban con los revólveres de Jesse Evans y sus hombres, su victoria parecía
asegurada.
Sin embargo, no todo iba a ser tan
sencillo: por aquel entonces había llegado al condado un ganadero que no se
dejó intimidar por las actividades mafiosas de Dolan: un joven inglés llamado John Tunstall, que pensaba revolucionar
el negocio ganadero con ideas innovadoras y los procesos sofisticados que se
traía de Europa. Con el apoyo de su socio, el abogado Alex McSween, fundó un rancho en “Río Feliz” que no tardó en
convertirse en un lugar próspero y competir con las intenciones de Dolan y el
Anillo, que no tardó en comprobar que se trataba de un peligroso rival. Al
parecer, Tunstall llegaba como un honrado trabajador que no tenía ni idea del
nido de víboras en el que acababa de asentarse, lo que acabaría por reportarle
muchos problemas, quebraderos de cabeza y cosas aún peores… El poderoso
ganadero al que se oponía estaba demasiado acostumbrado a que nadie le llevara
la contraria, y sus métodos para conseguirlo no eran precisamente honestos,
como no tardaría en comprender el inglés.
Inicialmente Tunstall consiguió
imponer su criterio y hacerse con buena parte del mercado, agenciándose el
apoyo de los principales ganaderos de la zona, especialmente el de John Chisum, el más importante de todos,
poseedor de más de 100.000 cabezas de ganado. Esto supuso que una buena porción
del negocio que había poseído Dolan lo perdiera a favor del inglés, lo que le
llevó a tomar la decisión de actuar con firmeza para recuperar lo que
consideraba que era suyo por derecho absoluto.
Habló con sus amigos del Anillo, y
las autoridades se pusieron en marcha de inmediato: la maquinaria que se
movilizaba contra el advenedizo era ingente y brutal: McSween fue encarcelado,
acusado de malversación de fondos y evasión de impuestos; a continuación envió
a la banda de Evans para que robaran caballos a Tunstall. La reacción de éste
fue quejarse en los periódicos de la actitud del sheriff del condado, William Brady. Daba comienzo lo que se
llamaría posteriormente la Guerra del Condado de Lincoln.
Mientras se producían estos roces en
las altas esferas, a niveles inferiores sucedía prácticamente lo mismo: en la
banda de ladrones las disensiones aumentaban por momentos, pues la relación
entre Evans y Billy no era demasiado buena, y entre éste y Bill Morton era
todavía peor, ya que el joven había tenido la desfachatez de acostarse con la
chica de Morton. Además, el muchacho se había dedicado a hacer amistades en la
región con ganaderos locales, como los primos Frank y George Coe, con los que
llegó a trabajar en algunos momentos dejando de lado a la banda, lo que
molestaba sobremanera a Jesse.
Todo esto supuso un buen beneficio
para Tunstall: enterado de los problemas internos entre los cuatreros, cuando
Billy fue arrestado por un robo de caballos no se molestó en presentar cargos: en
lugar de eso, le ofreció un puesto en su rancho. El muchacho aceptó una oferta
que aparentemente le beneficiaba sobremanera, cambiando de bando y pasando a
convertirse en parte de los guardianes del rancho. Aquel tiempo resultó para el
joven un nuevo comienzo, pues no sólo ganaba un buen sueldo, sino que además
contaba con la amistad que le brindaban el resto de los guardianes y la
atención y clases que el patrono le daba, para mejorar su educación. Al
parecer, había encontrado por fin un hogar en el que asentarse y ser feliz, con
una persona a la que podía considerar como su segundo padre.
En el rancho trabajaban jóvenes
vaqueros de la zona, un numeroso grupo cuya principal misión era poner freno a
las andanzas de Evans: gentes como los mencionados Coe, Doc Scurlock, Charlie
Bowdre, Ab Saunders, John Middleton, Rob Widenmann… y el capataz, “Dick”
Brewer.
Puesto que a pesar de todo Dolan
seguía perdiendo dinero a causa del floreciente negocio de su rival, decidió
tirar por el camino del medio de una vez por todas: ordenó al sheriff Brady que
tomara posesión de todo el ganado del rancho de Tunstall como parte de la
reparación civil comprendida en el juicio que se había seguido contra McSween.
El sheriff, obediente, envió a su ayudante, Bill Mathews, junto con un grupo de
alguaciles al rancho para hacer “cumplir la ley”. Para más escarnio, los
alguaciles elegidos no eran otros que hombres de la banda de Evans…
El 18 de febrero de 1878 fue el día
elegido para apropiarse del ganado: Mathews llegó al rancho Tunstall con sus
“agentes de la ley”. El inglés inicialmente había consentido en que se
apropiaran de las reses, pero de ninguna manera estaba dispuesto a permitir que
le arrebatasen también sus caballos, por lo que se había marchado con sus nueve
mejores sementales para ponerlos a salvo; como consecuencia de tal acto de
rebeldía, el ayudante de Brady envió a Evans, Morton, Tom Hill, Frank Baker y
George Hindmann a perseguir al ranchero para “recuperar” los caballos.
Según se cuenta, mientras conducían
los caballos por un cañón al atardecer, Tunstall se adelantó junto a Brewer y
Widenmann, dejando al cargo a Billy y John Middleton; en este entretiempo, los
acompañantes del inglés fueron a cazar una bandada de patos salvajes.
La mala suerte, o tal vez una
cuidada táctica producto de su experiencia como pistoleros, quiso que en el
momento en que estaba solo apareciera la banda de Evans: no hubo palabras entre
ellos, tras rodearlo Morton le disparó al pecho con su rifle y Tom Hill
desmontó para rematar a su víctima con un disparo de revólver en la nuca. A
continuación, prepararon la escena para que pareciera que habían actuado en
defensa propia, depositando un revólver en la mano de Tunstall y disparándolo para
que le faltara una bala. Una vez todo su trabajo finalizado, regresaron en
busca del dinero que les habría de pagar Dolan por haberse deshecho de su duro
competidor.
La noticia del asesinato, disfrazada
de acto legal, fue un mazazo para los guardianes del rancho, pues el inglés
siempre los había pagado y tratado bien; para Billy aquello fue especialmente
doloroso, parecido a la pérdida de su madre. Habían fracasado en protegerlo,
pero desde luego no iban a quedarse cruzados de brazos: se prometieron la venganza
contra sus asesinos al precio que fuese.
Según se cuenta, las frases que
pronunció Bonney ante la muerte de alguien que había sido poco menos que un
padre para él fueron: “He was the only
man that ever treated me like I was a free-born and White” (Él fue el único
hombre que me ha tratado como lo que soy, un hombre blanco y libre), y “I’ll get every son of a bitch who helped
kill John if it’s the last thing I do” (Cogeré a todo aquel hijo de perra
que ayudó a matar a John aunque sea la última cosa que haga). En ese momento
nacería la imagen más violenta y salvaje del mito.
Al día siguiente al crimen un grupo
de guardianes y amigos del fallecido acudieron al Juzgado de Paz de Lincoln
para exigir justicia: evidentemente, se saltaron al sheriff porque sabían que
estaba totalmente vendido a Dolan, y difícilmente se arrestaría a sí mismo… El
que era por entonces juez, John Wilson, un amigo de McSween, se mostró
totalmente partidario de la causa que representaban y emitió las órdenes de
arresto contra los asesinos de Tunstall: a continuación, tomó juramento y
nombró agentes de la ley a Billy, Brewer, Scurlock, Bowdre, los Coe, Jim
French, Frank McNab, Saunders, Middleton, Henry Brown, José Chávez, Fred Waite,
“Dirty Steve” Stephens, John Scroggins, Yginio González y William McCloskey. El
jefe de aquel grupo encargado de capturar a los asesinos sería Brewer, y serían
denominados los “Reguladores” (The Regulators).
Las vendettas comenzaban a funcionar de un
modo brutal: el 6 de marzo capturaron a Morton y Baker, y tres días después
murieron de camino a la cárcel de Lincoln en un “intento de fuga”. Todo el
mundo sospechó que se había tratado de una ejecución sumaria, pero resultaba
extraño según esa versión que también hubiera muerto McCloskey; pero claro, éste
era un antiguo amigo de Morton que había jurado proteger a los presos hasta que
llegaran a la cárcel. A las afueras de un pueblo llamado Black Water, McNab se
había acercado a Mc Closkey y le había disparado entre los ojos; al intentar
los presos escapar, Billy los había eliminado sin contemplaciones.
Tras aquello, McNab abandonó el
grupo y se refugió en el rancho Chisum, para evitar problemas con sus antiguos
compañeros; el resto llevó los cadáveres a Lincoln para exponerlos ante el
pueblo y la ley: comprendiendo lo que se avecinaba, el miedo comenzó a tomar
posesión del pueblo. Dolan y los hombres de Evans se daban cuenta de que esta
vez habían ido demasiado lejos y que la ley no los iba a amparar como había
hecho hasta el momento…
La Guerra de Lincoln había entrado
en su punto más extremo: los siguientes en sufrir las iras de Billy fueron el
sheriff y Hindmann; fueron emboscados, junto con el ayudante Mathews, cuando se
dirigían a la oficina de Brady, a la altura de la tienda de Tunstall &
McSween, por los Reguladores, que dejaron tiesos a los dos primeros en el acto,
pero el disparo contra Mathews falló y sólo le arrancó el sombrero de la
cabeza, lo que le dio tiempo para parapetarse y responder al fuego: al creer
Billy que había huido salió a la calle para recoger el rifle del sheriff, que
en su momento le había pertenecido. Tuvo la fortuna de que el disparo del
ayudante impactó en el rifle, rebotando contra la cadera del bandido, que se
salvó de milagro. Aunque tras aquel intento se dio a la fuga, Billy juró
matarlo tarde o temprano.
El siguiente en la lista era el
mejor pistolero de Dolan, Buckshot Roberts, pero éste demostró ser un hueso
mucho más duro de roer que los que habían cazado hasta el momento.
Roberts era todo un experto en la
materia: antiguo cazador de búfalos y hombres, como asalariado de Dolan se
escondía en un lugar llamado “Blazer’s Mills”, Los Molinos de Blazer, una
pequeña aglomeración de casas y molinos que pertenecían a un doctor del mismo
nombre, situados al Sureste de Lincoln.
Una vez localizado, los Reguladores
lo rodearon y le exigieron que se rindiera: el sicario del Anillo decidió que
la disparidad de fuerzas era excesiva y salió para entregarse, pero las cosas
no salieron como esperaba. Bowdre le metió una bala en el estómago, lo que hizo
que el viejo cazador se atrincherara y decidiera vender cara su vida: los
mantuvo a raya a todos a pesar de la tormenta de fuego que se abatía sobre su
cabaña.
Hirió a Middleton en el pecho, arrancó
el dedo índice a George Coe de un disparo, e incluso noqueó a Billy de un
culatazo cuando el muchacho intentó alcanzarlo mientras recargaba su vacío
revólver… Brewer se hartó de que un viejo solitario estuviera poniendo en
ridículo a una banda de profesionales y trató de sorprenderlo por detrás, pero
fue descubierto mientras penetraba en la cabaña: un certero disparo de Roberts
lo alcanzó en el ojo, acabando con él en el acto.
Pero la situación no podía durar: la
herida del estómago era mortal, y al final acabó con la vida del pistolero: por
fin, los Reguladores podían descansar…
Mientras tenían lugar todos estos
cruentos hechos, Dolan no había permanecido ocioso: moviendo hilos aquí y allá,
como correspondía a un miembro del todopoderoso Anillo de Santa Fe, consiguió
que eligieran a George Peppin, uno de sus empleados de confianza, para
sustituir al difunto sheriff. Éste reorganizó de inmediato lo que quedaba de
los miembros de la banda de Evans y, con el apoyo de otro grupo de bandidos,
los Seven Rivers Warriors (Guerreros de los Siete Ríos), que periódicamente
solían enfrentarse a Chisum, se lanzó a la caza y captura de los Reguladores.
Los acontecimientos iban
precipitándose, la sed de sangre no parecía apaciguarse en lo más mínimo: el 29
de abril de 1878, los pistoleros de Peppin encontraron a tres de sus presas
mientras éstos visitaban el rancho “Fritz”. Se produjo un intenso tiroteo, y el
resultado fue la muerte de McNab, Saunders gravemente herido y Frank Coe
capturado.
La
respuesta no pudo ser más contundente: al día siguiente, Tom Green, Charles
Marshall, Jim Patterson y John Galvin, miembros de la banda de los Siete Ríos,
fueron asesinados por los Reguladores mientras caminaban por las calles de
Lincoln. Mientras tanto, el ayudante del sheriff, Wallace Olinger, ayudaba a
escapar a Frank Coe, abriéndole la puerta de la cárcel y proporcionándole un
revólver…
La
Guerra de Lincoln era una sangría para el condado: el 15 de mayo, los
Reguladores acababan con otro miembro de la banda de Siete Ríos, Miguel
Segovia, al parecer el asesino de McNab. Esa misma semana, los Reguladores
ampliaban su elenco con otro muchacho, Tom O’Folliard, que con el tiempo se
convertiría en el mejor e inseparable amigo de Billy el Niño.
El
culmen de todos estos enfrentamientos tendría lugar la tarde del 15 de julio de
1878: los Reguladores habían llegado a Lincoln para visitar a McSween. Al
enterarse Peppin de tal coyuntura, cogió a todos sus hombres y rodeó la casa
del abogado; al parecer ni siquiera les conminó a rendirse, lo que obligó a la
banda de Billy a atrincherarse en el edificio.
Esta
“batalla” duró varios días, con un duro intercambio de disparos que se saldó
con las muertes de Cullen y uno de los sicarios de Peppin, Charlie Crawford. Y
la situación se mantenía en tablas, ya que aunque los Reguladores eran menos,
estaban mejor situados y eran más eficaces.
En
vista del estado de cosas, Dolan decidió acabar de raíz con su problema y tirar
por el camino del medio: puesto que sus hombres no eran capaces de deshacerse
de aquellos tipos, recurrió a auténticos profesionales con mayores recursos: el
ejército.
El
poder del Anillo debía ser enorme, pues el día 18 apareció en Lincoln el
coronel Dudley, desde el cercano Fuerte Stanton, con un destacamento de
soldados y un cañón.
Ahora
la desproporción de fuerzas era abrumadora, los Reguladores no tenían la más
mínima posibilidad… al menos en apariencia.
No
fueron capaces de doblegarlos: sólo se alteró la situación cuando, al día
siguiente, los hombres de Peppin prendieron fuego a la casa: ante aquello,
McSween decidió rendirse y salir, junto con su socio Harvey Morris e Yginio
Salazar, pero la consigna había sido sin cuartel, y así se cumplió: fueron
eliminados sin piedad.
Ese
breve instante bastó a Billy y a los suyos para salir por detrás de la
vivienda; tras un tiroteo en el que Bonney mató a Bob Beckwith, consiguieron
huir a pie, refugiándose en las colinas; poco después, robaban unos caballos y
se lanzaban en dirección Sur, hacia una pequeña población mexicana denominada
San Patricio.
La
Guerra del Condado de Lincoln había tocado a su fin, y el ganador incontestable
había sido Dolan: ya sin oposición, se convertía en el hombre que controlaba el
condado con mano férrea. La repercusión de aquella marea de sangre fue tal que
intervino el propio presidente de Estados Unidos, deponiendo al gobernador,
Samuel Axtell, para poner en su lugar al famoso y condecorado general Lewis “Lew” Wallace, un hombre del que
se decía que estaba dispuesto a imponer la ley al precio que fuese…
Mientras
tanto, la persecución de los Reguladores por parte de Peppin y los suyos
continuaba implacablemente; si bien inicialmente se presentaron en la Reserva
Apache, pronto se verían envueltos en más problemas.
Con
los caballos extenuados, necesitaban monturas que les permitieran poner
distancia suficiente entre ellos y sus perseguidores, lo que los llevó al paso
natural de intentar robárselas a los apaches; pero fueron descubiertos por el
agente de la reserva, Morris Bernstein, y sus ayudantes, lo que originó un
nuevo tiroteo en el que el agente cayó abatido. Una vez más, se imponía
alejarse todo lo que pudieran, hasta que llegaron a Texas, a la aldea de Tascoa.
Una vez allí, hartos de tanto ajetreo y sangre, los Coe y Fred Waite
abandonaron el grupo.
Todo
pareció calmarse a partir de febrero de 1879, momento en que el gobernador
Wallace decidió cerrar de una vez el caso y otorgar una amnistía general a
todos los participantes en la guerra. En vista de la situación, Billy decidió
acogerse a ella y regresó con Folliard a Lincoln, esperando poder empezar de nuevo
una vida más tranquila; para ello, decidió firmar la paz con Dolan y su antiguo
amigo Jesse Evans. El 18 de febrero se reunieron para parlamentar, pero la tensión
iba creciendo por momentos, hasta el punto de que Evans intentó desafiar a un
duelo a Billy, pero por fin consiguieron que los ánimos se calmaran y llegaron
a un acuerdo de “no agresión”; tras este feliz desenlace, se fueron a
celebrarlo en los salones y tabernas de Lincoln.
Todo
parecía demasiado bonito para ser verdad: al salir de uno de aquellos tugurios,
los hombres de Dolan se encontraron con Huston Chapman, el abogado que llevaba
la señora McSween en el proceso que la mujer seguía contra los asesinos de su
esposo, a saber: el propio Dolan y el coronel Dudley.
El
alcohol que llevaban los celebrantes en el estómago comenzó a hacer un efecto
bastante desagradable: los sicarios del ganadero se dedicaron a acosar al
abogado, entre insultos y humillaciones, sin permitirle que se marchara; por
fin, sin mediar provocación alguna, Bill Campbell sacó el revólver y le metió
un tiro que lo mató en el acto; aunque estuvieron a punto de intervenir, Billy
y Folliard tuvieron que tragarse la bilis y permanecer impasibles a causa del
acuerdo que acababan de firmar: incluso tuvieron que seguir acompañando al
grupo en la nueva celebración a la que se lanzaron, la muerte de Chapman.
Wallace,
el gobernador, montó en cólera al ser informado del desgraciado suceso: decidió
resolver todo aquello personalmente y se presentó en Lincoln en busca de los
asesinos.
Después
de todo lo que habían pasado los habitantes de la ciudad con la guerra entre
las dos facciones, y conocedores del resultado final de la contienda, no
tardaron en descubrir que Dolan sabía ser generoso cuando le apetecía: los
vecinos declararon culpable del asesinato a Billy el Niño, sobre el que se
dictó inmediatamente una orden de arresto. No le quedó más remedio que volver a
huir. Sin embargo, el 13 de marzo el gobernador recibiría una carta suya en la
que se declaraba inocente y se comprometía a declarar contra los verdaderos
asesinos del abogado a cambio de un perdón oficial.
Wallace
aceptó en un principio la propuesta del joven, al cual seguía, como una sombra,
Folliard, quien también se había acogido a los mismos compromisos que su amigo.
Cuatro días después, el 17, ambos se entregaban para intentar poner punto final
a aquella sucesión de calamidades.
Bonney
explicó al gobernador todo lo que había estado sucediendo durante los últimos
tiempos, relatando con pelos y señales todas las tropelías cometidas por Dolan
y los suyos; a todo aquello añadió que había una nueva banda de cuatreros en la
región llamada “The Rustlers”, dirigida por un antiguo militar de la
Confederación, John Selman, que se dedicaban a arrasar el condado violando,
robando y eliminando a quien se cruzara en su camino...
Todas
aquellas declaraciones sirvieron para que su amigo Folliard saliera libre de
los cargos que se le habían imputado originalmente, amnistiado por fin, pero
Billy se encontró con una peligrosa tesitura: el fiscal del caso, William
Rynerson, se había vendido a Dolan y se le había asignado la misión de poner
una soga al cuello del muchacho a toda costa, fuera como fuera. A causa de
ello, Wallace se echó atrás en la amnistía que había ofrecido inicialmente al
muchacho y lo dejó en la cárcel, retirándose posteriormente para dedicarse a la
conclusión de su famoso libro Ben-Hur.
Visto
lo visto, el joven hizo lo único que podía: fugarse de la cárcel. Aunque tal
tarea no le resultó demasiado complicada, pues Folliard se había tomado la
molestia de comprar a los guardias.
Lincoln
había pasado a convertirse de su segundo hogar en un lugar demasiado peligroso
como para permanecer mucho tiempo seguido, así que se largó para asentarse en
Fuerte Summer, donde se encontró con viejos amigos de los Reguladores: Bowdre y
Scurlock. Tenían que ganarse la vida de alguna manera, así que formaron una
banda y se dedicaron a robar ganado, concretamente al poderoso Chisum,
acusándolo de deberle dinero por su intervención en el conflicto contra Dolan.
El 10 de enero de 1880 volvió a
encontrarse con problemas: mientras bebía unos whiskeys en el saloon con el
hermano de Chisum (¿?), un matón de nombre Joe Grant comenzó a meterse con él e
insultarle; Bonney procuró no hacerle caso y decidió salir del local, al
parecer no quería trifulcas, pero ésta parecía imposible de evitar: Grant sacó
el revólver e intentó dispararle por la espalda, pero al parecer el arma se
encasquilló; Billy se volvió y antes de que pudiera darse cuenta de lo que
sucedía, el matón había recibido tres balazos que lo fulminaron en el acto.
Como se trató de un caso de defensa propia, todo quedó en nada.
Y a partir de aquí entramos en la
gran rivalidad que existió entre Pat Garrett y Billy el Niño: el primero había
ganado un año antes las elecciones que lo convertían en sheriff de Lincoln;
esto, unido a su nombramiento por el gobernador Wallace como marshall del territorio y a las ingentes
presiones que el Anillo de Santa Fe estaba haciendo para eliminar de raíz el
problema de aquellos facinerosos que resultaban una molesta espina, hizo que
hubiera de ponerse en marcha e iniciar la persecución de los bandidos: se
ofreció por la cabeza de Billy una recompensa de 500 dólares.
Garrett y Billy se conocían de
antaño, de los tiempos en que el recién nombrado representante de la ley había
trabajado como vaquero en Fuerte Summer; al parecer habían sido amigos, lo que
hizo que Billy se sintiera triste cuando se enteró de que su primera misión era
capturarlo. Precisamente esta camaradería había influido en la elección, puesto
que el sheriff conocía los escondites y la personalidad de Bonney y sabía cómo
encontrarlo.
En noviembre de 1880, un grupo de
vecinos de “White Oaks” destacado en busca del pistolero, dirigido por el
ayudante James Carlyle, acorraló a Billy en un rancho; cuando cayó la noche, la
banda escapó a uña de caballo, dejando detrás un cadáver, el de Carlyle,
alcanzado por una bala de Bonney mientras salía por una ventana. El resto del
grupo se desmoralizó de tal manera al ver caer al ayudante que dejaron escapar
a los fugitivos.
En diciembre, concretamente el 18,
Garrett salió de Lincoln y se dirigió a Fuerte Summer en busca del escurridizo
bandolero, que en aquellos momentos se encontraba fuera del pueblo. Decidido a
capturarle como fuera, se escondió junto con sus ayudantes en un hospital
abandonado, a la espera de que la banda regresara de sus andanzas.
La paciencia tuvo su recompensa: al
cabo de un tiempo entró en el pueblo con sus amigos Dave Rudabaugh, Folliard,
Billy Wilson y Tom Pickett. Al llegar a la altura del hospital, la emboscada se
cerró sobre su objetivo: sin aviso de ningún tipo, los hombres del sheriff
salieron de las sombras y dispararon a quien encabezaba el grupo, en la
creencia de que se trataría del condenado Billy, pero no era así: quien recibió
los disparos fue su sombra, Folliard, que cayó muerto instantáneamente.
El resto de la banda consiguió
escapar de la encerrona, pero la muerte de su más fiel amigo fue un varapalo
tremendo para el joven.
Comenzó una enconada persecución:
Garrett había decidido capturar como fuera al forajido, y no cejaría en su
empeño de ninguna manera; por fin, lo localizó en una casa de un poblado
llamado Stinking Springs.
De nuevo, la misma estrategia de
Fuerte Summer: se agazaparon en las sombras, esperando a quien saliera de la
casa para acribillarlo sin mediar palabra; y quien tuvo la mala fortuna de
encontrarse con tal destino fue Bowdre, que murió poco después en las escaleras
de la entrada; el resto de la banda de Billy intentaron escapar a uña de
caballo, pero el sheriff conocía demasiado bien a su antiguo amigo y tomó
medidas: cuando intentaban alcanzar los establos, mató a los caballos más
cercanos y bloqueó con sus cuerpos la entrada, cortándoles la retirada de forma
inapelable.
No cabía otra opción que rendirse:
Garrett los condujo a Fuerte Summer, para al día siguiente ser embarcados en un
vagón de tren y llevados a Las Vegas para ser juzgados. Es de suponer que se
pretendía evitar un circo como el que se había montado en el condado de
Lincoln.
El 26 de diciembre entraban en Las
Vegas, causando una espectacular expectación; la marea de curiosos era enorme,
se le hicieron multitud de entrevistas, que sirvieron para montar su biografía
y crear su leyenda.
El viaje no había terminado: las
autoridades decidieron que los delitos de Billy exigían que fuera juzgado en
Santa Fe, por lo que los presos fueron montados de nuevo en el tren para
llevarlos a aquella ciudad. Las fuertes cadenas con que los habían cargado
hacían imposible cualquier intento de fuga…
El juicio acabó con la condena del
muchacho por varios delitos de asesinato; más tarde se decretó que fuera
trasladado a Lincoln y que allí fuera juzgado por otros crímenes… El viaje
estuvo plagado de provocaciones, ya que el carruaje en que era transportado iba
escoltado por hombres de Dolan que esperaban cualquier gesto raro de Billy para
meterle una bala entre ceja y ceja, pero éste, haciendo gala de buen humor, no
se dejó provocar: entró en Lincoln el 21 de marzo de 1881, todavía vivo.
El joven comprendía perfectamente
que su destino estaba fijado si no tomaba medidas drásticas: en aquel pueblo,
feudo del ganadero que había conseguido salirse con la suya, la condena al
patíbulo era absolutamente segura, así que comenzó a forjar planes para escapar
de la prisión.
La ocasión perfecta se le presentó
el 28 de abril: mientras uno de los guardias iba a cenar, Billy pidió al otro
que le permitiera ir al baño; allí consiguió un arma que al parecer había
dejado algún amigo, por lo que, ya preparado, eliminó al guardia y salió a la
calle; debió coger una escopeta de la armería, pues cuando el otro vigilante
acudió a la carrera se tropezó con un disparo a bocajarro, que el muchacho le
soltó para vengarse por los golpes y malos tratos había tenido que sufrir a
manos de ambos guardias durante varias semanas; una vez cobrada la sangrienta
retribución, robó un caballo y huyó de Lincoln…
El gran error de Billy fue no partir
de inmediato a México: en vez de eso, decidió quedarse en la zona, dirigiéndose
hacia Fuerte Summer para recoger un botín que había escondido allí de
anteriores asaltos. En ese momento quedaba sellado su destino, pues se creyó a
salvo, permaneciendo durante varios meses; no tenía ni idea de que la tenacidad
de Garrett lo había puesto de nuevo tras su pista, y de que sabía perfectamente
dónde encontrarlo.
El 14 de julio Billy el Niño caería
en medio de una situación confusa: se han expuesto diversas versiones sobre lo
que pudo ocurrir, aunque no queda claro cuál de ellas pudo haber sido la buena.
Se habla de asesinato, e incluso de que en realidad el cadáver que se presentó
no era el de Billy…
Según las memorias del sheriff,
Billy estaba escondido en casa de su amante mexicana, Paulita Maxwell, donde lo
encontró tras hacer indagaciones entre los vecinos del pueblo.
Esa noche, Garrett se introdujo en
la casa de la mujer con la idea de atraparlo, pero al parecer debía haber ido a
visitar a unos amigos, por lo que decidió esperarlo dentro del dormitorio.
Cuando el muchacho entró en la casa estaba oscuro, por lo que al acceder a la
habitación sólo entrevió sombras sospechosas, así que preguntó en español:
“¿Quién es?”. La respuesta del sheriff fueron dos disparos, uno de ellos en el
corazón, que acabó casi instantáneamente con él. No tuvo la más mínima
oportunidad.
Otra teoría, similar a la expuesta,
es la que dice que Garrett quiso cazarlo en su propia casa, pero al estar
acompañado de su mujer mexicana prefirió esperar a poder cogerlo solo. Al
parecer, el joven salió al corral en busca de comida, donde se encontró con el
sheriff, que lo encañonó; pero de alguna manera consiguió convencerlo para que
bajara el arma. Se armó con lo primero que tuvo a mano, algunos que dicen que
un cuchillo, y se alejó por una calle oscura, mirando continuamente en todas
direcciones para comprobar que nadie lo siguiera; en una de aquellas callejas
le esperaba una escopeta que abrió fuego a quemarropa a su estómago.
De una manera o de otra, la vida de
uno de los pistoleros más legendarios del Oeste americano llegaba a su fin del
único modo posible, violenta y salvajemente, tal y como había vivido. Fue
enterrado en Fort Summer, y aquí es donde entramos en otra parte del mito de
Billy el Niño: su defunción y enterramiento.
Al día siguiente del asesinato, 15
de julio, los amigos de Billy le dedicaron un emotivo funeral, enterrándolo al
lado de sus mejores amigos, Folliard y Bowdre. La leyenda del bandido
adolescente crecía como la espuma…
Para empezar, las especulaciones
acerca de si realmente murió en aquel momento siguen vigentes: en mayo de 2003
se abría una investigación en Nuevo México para determinar la veracidad de las
afirmaciones de un hombre que se hacía llamar Brushy Bill Roberts, que murió en
1950 a los 90 años de edad. Es decir, que nació en 1860…
Este buen hombre aseguraba que era
el auténtico Billy el Niño, así que se procedió a la exhumación de sus restos
para realizarle pruebas de ADN. Hasta el momento, nada se ha dicho al respecto
a favor o en contra del resultado de dicha investigación, pues tanto las
declaraciones del anciano hasta su muerte como las investigaciones realizadas
al respecto aportaban conclusiones tanto a favor como en contra de esta teoría.
Lo que sí se ha podido asegurar es que los restos enterrados en Fort Summer,
tras un análisis realizado en 2011, no son los del pistolero. En este sentido,
hay que hablar al respecto de estos restos, porque se advierte una
contradicción evidente: cuando se abrió por primera vez la tumba el cadáver no
tenía cabeza, y de segundas ya ni siquiera había cadáver; pero entonces, ¿de
dónde sacaron material para realizar la investigación de 2011? Resulta evidente
que o bien se trata de una nueva “campaña de publicidad” para seguir hablando
de la figura de Billy, o la investigación de 2011 se hizo en falso…
Pero todavía hay otra teoría que
dice que Billy sobrevivió al 14 de julio: teniendo en cuenta la amistad que lo
unía con Garrett, se ha pensado que tal vez ambos tramaron una pequeña maniobra
de distracción para que el pistolero pudiera tener una vida honesta y tranquila
sin que nadie lo persiguiera. La base sobre la que se sustenta es que Jesse
Evans, el cabecilla de la banda de Los Chicos, que había desaparecido del mapa
desde 1882, volvió a aparecer en escena en 1948 para afirmar que de los
bandidos que habían estado involucrados en la Guerra del Condado de Lincoln
quedaban todavía tres con vida: él mismo, Jim McDaniels y Billy el Niño, que se
escondía en algún lugar de Texas bajo el nombre de Ollie P. Roberts. Sin
embargo, los historiadores ni siquiera se molestaron en investigar las
posibilidades de semejante afirmación, negándose a concederle crédito alguno.
Ramón J. Sénder, en su excelente
novela (aunque a ratos un poco lenta o pesada) El Bandido Adolescente, finaliza la historia de Billy el Niño con
el paradójico comentario de que en sus viajes por aquellas tierras se le
llegaron a enseñar hasta seis cráneos, asegurando cada uno de sus dueños que
eran la auténtica cabeza del pistolero.
Comoquiera que fuese, la cuestión es
que oficialmente Billy había muerto el 14 de julio de 1881. Pat Garrett pensó
que podía sacar algo en claro de la leyenda en que se había convertido el joven
pistolero, por lo que escribió un libro biográfico sobre el muchacho titulado The Autentic Life of Billy the Kid. Se
llevaría una desagradable sorpresa cuando los lectores, al ver lo que había
escrito acerca de su asesinato a sangre fría, le volvieron la espalda y lo
consideraron odioso y despreciable, hasta el punto de que en 1908 sería
asesinado por un tal Jesse Wayne. Acerca de este punto, hay algunas versiones
que sostienen que Wayne era en realidad Evans…
Tras analizar su biografía, se le
atribuyeron 21 muertes, aunque probadas como tal sólo han podido ser
reconocidas 9; de éstas, más de la mitad (5) tuvieron lugar en tiroteos
múltiples, en los que no intervino solo, por lo que no queda claro a quién
habría que atribuir cada víctima; otras dos fueron en acto de defensa propia, y
las dos restantes durante una de sus fugas de las cárceles…
Ya
en épocas recientes, el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, gran
entusiasta de la historia de su país, estuvo recibiendo durante 8 años diversas
solicitudes de indulto a favor del fallecido joven, basadas todas ellas en el
que, supuestamente, le había extendido en 1881 Lew Wallace. Por este motivo
encargó a una abogada, Randi McGinn, el estudio de estas peticiones; dicha
letrada, tras recabar la ayuda de historiadores y aficionados, presentó el 14
de diciembre de 2010 la solicitud formal de indulto…
Sin embargo, el 30 de diciembre de
ese mismo año el propio Richardson decidió rechazar el indulto solicitado. El
motivo: a pesar de que la propuesta era apoyada por gran parte de la población
(no olvidemos que este bandido gozó de gran predicamento entre las clases
medias bajas, y sobre todo las hispanas), hubo muchas y duras reclamaciones
contra la solicitud por parte de los descendientes de los sheriffs asesinados
por Billy.
El aspecto que tuvo en vida lo
podemos contemplar en la única fotografía que se hizo a finales de 1880 ó
principios de 1881, poco antes de su muerte, delante de un salón en Nuevo
México, y por la que pagó 25 centavos de dólar. Billy decidió por entonces
regalar el ferrotipo a un amigo suyo, Dan Dendrick, cuya familia lo ha
mantenido en su seno hasta hace muy poco: en una subasta celebrada en Denver en
2011, se vendió por 2,3 millones de dólares (1,6 millones de euros) (¡!), a
William Koch, un propietario de grandes extensiones de tierra en las montañas
del centro de Colorado y que reside habitualmente en Florida. Esta imagen ha
hecho pensar a muchos que era un tirador zurdo, ya que aparece con el revólver
en la izquierda y el fusil en la derecha, pero se especula con que en realidad
correspondería a un negativo, lo que habría hecho que se invirtiera la imagen,
siendo en realidad Billy diestro.
Hoy
por hoy, en Nuevo México podemos encontrar no sólo un museo en Lincoln sobre la
figura del legendario bandido, sino también un tour turístico por los lugares
donde tuvieron lugar sus andanzas…
Consideraciones
- Según todos los datos, Antrim y los chicos hicieron muy buenas migas al principio de la relación con su madre; sin embargo, cuando ésta muere, se desentiende de ellos y se va a Arizona. ¿Por qué? ¿Era una relación basada en el interés, que se desvanece cuando el objeto de interés no existe ya o se ha apropiado de lo que Catherine podía aportar? ¿O el padrastro ya vio en Billy la simiente de lo que habría de ser un destino sanguinario, siniestro, y prefirió desmarcarse de él en cuanto tuvo ocasión? En la biografía podemos comprobar que no era precisamente un modelo de padre, y que por sus aficiones necesitaría dinero, así que lo más lógico es pensar en la primera pregunta: una vez perdida la fuente de ingresos a la muerte de su esposa, nada le ataba ya a aquella pareja de mocosos, así que…
- Los alias de Billy son evidentes: Antrim por su padrastro, McCarthy por sus padres. Entonces, ¿de dónde sale el apellido Bonney que es el comúnmente admitido para el bandolero? La única explicación posible es que fuese otro alias: su padre era McCarthy, así que el apellido Bonney no tiene ningún sentido más que como un apodo...
- En sus primeros años de juventud pasó por la cárcel al menos un par de veces, y en ambas fue puesto en libertad casi de inmediato. Resulta evidente que se había hecho notorio tanto en la frontera como en su unión con Sombrero Jack, así que es cuando menos sorprendente que la justicia no lo castigara con un mayor rigor. ¿Acaso era capaz de engañar a todos con cara de ángel y ruegos y súplicas de que no volvería a caer en el delito? Aunque a tenor de su biografía, diríase que sólo la primera vez fue la buena, las demás fueron fugas más o menos espectaculares…
- De la biografía de Billy surgen muchas cuestiones relacionadas con el nivel de corrupción que imperaba por entonces en aquellas tierras: según leemos, el incidente con Joe Grant en la taberna tuvo lugar mientras estaba bebiendo con el hermano de Chisum, y al mismo tiempo robando ganado a éste por una supuesta deuda. ¿Significa eso que había una confabulación contra el ganadero por parte de su pariente? ¿O simplemente, que al margen de que le pareciera bien lo que Billy hacía, se llevaba bien con él?
- Entremos en un aspecto un tanto comprometido: la relación que existía entre Pat Garrett y Billy el Niño. Al parecer eran amigos, aunque cada uno estuviera a un lado de la línea. Ramón J. Sénder pinta un cuadro con pinceladas de muy diversa índole: le da un halo romántico, pero también brutal, y si pensamos en el punto de vista que expone acerca de esta relación no se comprende demasiado bien la saña con la que el sheriff se lanzó a la persecución, y sobre todo las formas que utilizó. Como explicación se me ocurre que aunque fueran amigos, algo debió suceder entre ellos que los convirtió en enemigos encarnizados; a no ser, por supuesto, que la teoría de la farsa de su muerte, tramada lógicamente en connivencia con Garrett, fuera cierta, lo que conllevaría que, efectivamente, el afecto que se profesaban y el respeto que se tenían se mantuvo más allá de toda medida.
- A juzgar por la biografía que hemos visto, creo que podemos decir que William McCarthy no fue otra cosa que un hijo de su época, una época en la que la ley que imperaba sobre todas las demás era la del más fuerte: la distancia que separaba la vida y la muerte dependía de la rapidez a la hora de apretar el gatillo. Si bien es cierto que su carácter debió ser pendenciero y un tanto anárquico desde el principio, aparentemente tenía la voluntad, o más bien la necesidad, de asentarse y buscarse una vida sosegada, en la que su habilidad con el revólver no fuera su principal herramienta; pero claro, las amistades con las que se codeó, y el entorno en el que se desenvolvió su vida (Sombrero Jack, la banda de Jesse Evans, el Anillo de Santa Fe…) lo fueron abocando cada vez más a un destino violento y sanguinario: resulta evidente que era un muchacho leal, dispuesto a la venganza si era necesario… Pero también tenemos que tener en cuenta la imagen que de él se ha dado desde todos los ámbitos, una imagen romántica mezclada con una personalidad fría y sin escrúpulos, personalidad que casi con certeza no está en ninguno de estos extremos, sino en un punto medio: pensemos si no en el hecho de que en realidad no fue un asesino a sangre fría, sino que las muertes a su cargo se debieron fundamentalmente a motivos de venganza, a defensa propia… En su carrera no se advierten violaciones, ni daños a ancianos, niños o mujeres, como sí figura en el caso de otros pistoleros de la época. La sensación general es que había idealizado hasta tal punto la figura de los bandidos a través de sus lecturas que tal vez llegó a considerarse algo parecido a un caballero andante, una figura perdida sin remedio en medio de una sociedad que pronto le dio la espalda y le obligó a sobrevivir de la única manera que pudo. Evidentemente, hacer un juicio moral sobre él no resulta fácil, máxime teniendo en cuenta que todas aquellas personas a las que mató eran hombres con cargas legales a sus espaldas, con delitos pendientes, y que algunos (por no decir muchos) agentes de la ley con los que se enfrentó no eran otra cosa que corruptos vendidos a un poder “mafioso” y omnímodo al cual molestaba sobremanera su modo de actuar, por no decir que eran pistoleros “reconvertidos” por obra y gracia del dinero de los poderes fácticos... La propia sobrina de Chisum dirá tanto de él como de Pat Garrett que en ambos había luces y sombras, que ni uno era tan malo como lo pusieron, ni el otro tan bueno…
Bibliografía
- The Autentic Life of Billy the Kid, Pat Garrett. 1882.
- Billy el Niño, una Vida Breve y Violenta, Robert M. Utley. 1991.
- Las Obras completas de Billy el Niño, Michael Ondaatje. 2008.
- Revista Enigmas nº 203. 2012.
- El Bandido Adolescente, Ramon J. Sénder. 1965.
- Al Infierno en un Caballo Veloz, Mark Lee Gardner. 2012.
Fuentes en
Internet:
- Wikipedia
- www.muyinteresante.es
- senderosdelahistoria.wordpress.com
- es.noticias.yahoo.com
- www.mcnbiografias.com
Filmografía
- Billy the Kid, documental de Nuevo México PBS
- Billy the Kid unmasked, documental de canal Discovery Channel. 2003.
- Réquiem por Billy the Kid, documental (protagonizado por Kris Kristofferson). 2007.
- Billy the Kid, Lawrence Trimble (Tefft Johnson). 1911.
- Billy the Kid, el terror de la pradera, King Vidor (Johnny Mack Brown, Wallace Beery). 1930.
- El regreso de Billy the Kid, Joseph Kane (Roy Rogers). 1938.
- La pistola de la justicia de Billy the Kid, Sam Newfield (Bob Steele). 1940.
- Billy the Kid en Texas, Sam Newfield (Bob Steele). 1940.
- Billy the Kid el forajido, Sam Newfield (Bob Steele). 1940.
- El ascenso de Billy the Kid, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1941.
- La pelea pálida de Billy the Kid, Sam Newfield (Bob Steele). 1941.
- Billy the Kid, David Miller (Frank Borzage, Robert Taylor). 1941.
- Billy the Kid en Santa Fe, Sam Newfield (Bob Steele). 1941.
- La guerra de los Rangers con Billy the Kid, Sam Newfield (Bob Steele). 1941.
- Billy the Kid Buscado, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1941.
- Billy the Kid atrapado, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1942.
- El jinete misterioso, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1942.
- El Sheriff de Sage Valley, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1942.
- Ley y orden, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1942.
- El humo de las pistolas de Billy the Kid, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1942.
- Ciclón en el Oeste, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1943.
- Blazing Frontier, Sam Newfield (Buster Crabbe).1943.
- Cattle Stampede, Sam Newfield (Buster Crabbe).1943.
- Fugitivo de la pradera, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1943
- Billy the Kid cabalga de Nuevo, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1943.
- El forajido, Howard Hughes (Jack Buestel, Thomas Mitchell). 1943.
- El renegado, Sam Newfield (Buster Crabbe). 1943.
- El retorno de los malvados, Ray Enright (Dean White). 1948.
- El hijo de Billy the Kid, Ray Taylor (William Perrot). 1949.
- Yo disparé a Billy the Kid, William A.Becker (Don Red Barry, Robert Lowrey). 1950.
- The Kid de Tejas, Kurt Newman (Audie Murphy, Frank Wilcox). 1950.
- La ley contra Billy the Kid, William Castle (Scott Brady, James Griffith). 1954.
- El último de los Desperados, Sam Newfield (James Craig). 1955.
- El zurdo, Arthur Penn (Paul Newman). 1958.
- El país de los forajidos, Fred F.Sears (George Montgomery). 1958.
- El hombre alto, Tay Garnett (Clu Gulager, Barry Sullivan). 1960. Para TV.
- Una bala para Billy the Kid, Rafael Baledón (Gaston Sands). 1963.
- Las pistolas no discuten, Mario Caiano (Rod Cameron). 1964.
- Billy the Kid contra Drácula, William Beaudine (Chuck Courtney). 1966.
- El hombre que mató a Billy el Niño, Julio Buchs (Peter Lee Lawrence, Fausto Tozzi). 1967.
- Chisum, Andrew V. McLaglen (Geoffrey Deuel, Glenn Corbett). 1970.
- Una aventura de Billy the Kid, Luc Moullet (Jean Pierre Leaud). 1971.
- El sucio pequeño Billy, Stan Dragoti (Michael J.Pollard). 1972.
- Pat Garrett y Billy the Kid, Sam Peckinpah (Kris Kristofferson, James Coburn). 1974.
- Billy the Kid. 1975. Episodio de una serie de TV, The Wild West Show.
- Billy the Kid y el vampiro verde, Alan Clarke (Phil Daniels). 1985.
- Young Guns (Traducida de diversas maneras: Arma joven, Jóvenes pistoleros, Demasiado jóvenes para morir), Christopher Cain (Emilio Estévez, Patrick Wayne, Charlie Sheen). 1988.
- La Leyenda de Billy the Kid, William A. Graham (Albert Salmi, Andrew Bicknell). 1989.
- Young Guns II, Christopher Cain (Emilio Estévez, Kiefer Sutherland, Lou Diamond Phillips). 1990.
- La leyenda de Billy the Kid, Todd Robinson (Emilio Estévez, David Marshall Grant). 1994.
- Réquiem por Billy the Kid, Anne Feinsilver (Kris Kristofferson). 2007.
- Billy the Kid, Christopher Forbes (Dan Beck, Christopher Bowman). 2013.
Otros
La figura de Billy el Niño ha
trascendido prácticamente todas las barreras, como muchos personajes históricos
envueltos en ese halo siniestro de sangre y muerte, hasta aparecer por todas
partes; y sobre todo desde que aparecieron los estilos más góticos o hardcore,
como los metals en la música; en el caso que nos ocupa, veamos algunos de los
grupos musicales que han tocado la leyenda.
Nombres de grupos:
- Billy the Kid y sus Secuaces: banda de pop-rock en Granada (España).
- Billy the Kid: banda de hardcore punk en Santafé de Bogotá (Colombia).
- Billy the Kid (Billy Hlapeto): rapero búlgaro.
- Billy the Kid: banda de hardcore/hip-hop San José, Costa Rica
- Billy el Niño y Don Dinero: Grupo de Hip-Hop español formado por Juaninacka y DJ Randy.
Menciones en diferentes canciones:
- Aaron Copland: Billy the Kid (partitura).
- Running Wild: Billy the Kid, canción del disco Blazon stone.
- Attaque 77: Como Billy the Kid.
- Jon Bon Jovi lo nombra en:
- Blaze of glory
- Billy, get your guns
- Blood money
- Bob Dylan: Pat Garrett & Billy the Kid (disco de la banda sonora).
- Def Leppard: Billy's Got a Gun canción del disco Pyromania.
- Charlie Daniels: Billy the Kid
- Bruno Millara: Billy y yo.
- Kortatu: Este no es el Oeste, pero aquí también hay tiros (en A Billy the Kid).
- Billy Joel: The ballad of Billy the Kid.
- Chris Ledoux: Billy the Kid.
- Melendi: Billy el pistolero.
- Los Piojos: Merecido.
En
medios audiovisuales, podemos citar, como ejemplo, el manga de género anime Soul Eater, donde el personaje Death the Kid recibió tal nombre en
homenaje precisamente a Billy; o incluso acudir a series como la irreverente Los Simpsons, en la que en uno de los
cortos nos encontramos con una resurrección de diversos pistoleros de fama:
junto con Billy, aparece también Jesse James…
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